Jueves, 18 de Abril 2024

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El auto hipster

Por: Sergio Oliveira

El auto hipster

El auto hipster

Uno de cada cuatro habitantes de este planeta en este momento nació entre 1981 y 2000, lo que los convierte en uno de los llamados millennials. Esas personas están apenas entrando en la cadena productiva o tienen relativamente pocos años en ella y sus gustos y necesidades son muy distintos a los que tenemos los que nacimos antes, al igual que también son diferentes de los aún más jóvenes, que llegaron al mundo después de ellos. Una de las características de los millennials es que prefieren pagar por vivir cosas en lugar de comprar objetos. Y esto, por supuesto, incluye los coches. Dentro de los millennials otra llamada subcultura encuentra tierra fértil: los llamados hipsters, personas que adoptan un sentido de pertenencia, moda y estilo de vida únicos, que valoran lo antiguo pero entienden y disfrutan la modernidad, aunque en su propio estilo. Ambos tienen espacio en el mundo del automóvil, sea para vivir experiencias únicas o para rescatar culturas.
Con la muy humana necesidad de adaptarse, los millennials prefieren disfrutar un viaje en lugar de comprar un automóvil no solo por una ocurrencia, sino porque los objetivos de vida de sus padres -Baby Boomers o parte de la Generación X- que eran comprar una casa y un auto, pasaron a ser más difíciles de conseguir, con más gente luchando por los puestos de trabajo y sueldos más bajos, para los que hoy tienen menos de 34 años la alternativa viable fue cambiar de objetivos, transformando su bajo poder adquisitivo en tendencia cultural.

Ser diferentes

Para los hipsters, que pueden o no ser millennials (tengo un muy buen amigo y colega en esto de los autos que es la misma definición de hipster y ya pasó de los 50), la cuestión es ser distintos. Curiosamente esa forma “diferente” de vivir busca casi siempre apoyo en el pasado, es decir, en algo que ya se vivió anteriormente. Y si pensamos en la industria automotriz ¿Qué podría ser más distinto en un mundo plagado de crossovers y SUV? No un sedán, aún demasiado reciente y, para colmo, a la baja en la percepción de moda. Y un hipster puede darse el lujo de ser todo menos fuera de moda. Para mí, el verdadero auto hipster es una vagoneta. Mejor aún si es una Volvo V90.

Comprar una vagoneta hoy en día es algo por lo menos diferente. Víctima del estereotipo de “auto de mujer” en Norteamérica, las guayín fueron desapareciendo de forma paulatina del mercado y hoy en día se ven como un bicho raro en nuestras calles. Sin embargo, son mejores, más seguras y menos contaminantes que los crossovers que, dígase de paso, no son otra cosa más que una vagoneta un poco más alta.

Con tecnología y diseño sueco, que ya justificaría la adquisición de una de ellas, la V90 ofrece espacio, manejo y seguridad, algo muy importante para un hipster, que al hacerse de una mostraría lo poco apegado a la moda tradicional que está, lo distinto que es, lo original que es su forma de vivir. Es curioso, pero los hipster, si piensan un poco, pueden ser la salvación de un segmento de mercado casi a punto de extinguirse, lo que solo añade un toque a más de interés a ellas. Ojalá Volvo la pusiera en el mercado mexicano, pero si no, siempre es posible importarla.

Ahora, si el hipster en cuestión es también millennial y su capacidad de compra no permite llegar al nivel de Volvo, ahí está la excelente Seat León ST, con la que puede salir a los caminos y “descubrir” (otra cosa que les encanta hacer) el placer que representa un viaje por carretera y más si en su vehículo cabe la (o las) pareja de la vez, las mascotas y la tienda de campaña, todo esto dañando menos al planeta que los muy de moda crossovers. Al cabo, un millennial o hipster de verdad no puede permitirse ser esclavo de la moda.

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