Para bien y para mal no habrá acuerdo en la elección de los cuatro consejeros electorales. El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, dijo que apostarán por la insaculación, es decir, por el método de selección que está previsto como salvaguarda. Se van directo a la salida de emergencia para no tener que pasar por la aduana opositora. Por norma constitucional, la elección de consejeros electorales se debería hacer por votación de dos terceras partes del Congreso. Para asegurar los votos, lo que solía hacerse era negociar la integración de las quintetas de manera que en cada una de ellas estuviesen los candidatos que tenían la bendición de los partidos de acuerdo con su peso relativo en el Congreso. En una situación como la actual a Morena le hubiesen correspondido dos consejeros, uno al PAN y otro al PRI. El Presidente no quiere dos, quiere a los cuatro, así que ha decidido no negociar y que sea la Suprema Corte, de acuerdo con lo establecido por la ley, quien insacule a los nuevos miembros del Consejo General del INE. En una sesión a realizarse a más tardar el día 2 de abril, será la mano santa de los ministros la que nombrará a los cuatro nuevos consejeros a partir de las quintetas presentadas por el Comité Técnico de Evaluación (CTE) -compuesto por dos comisionados nombrados por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), dos más por el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) y tres miembros de la Junta de Coordinación Política.La insaculación tiene virtudes y defectos. La virtud es que evita el reparto por cuotas y cuates, así como el sistema de vetos. Si todo sale bien, puede con esta elección abrirse el camino hacia un método de designaciones públicas que no pase por las negociaciones políticas entre los partidos. El gran defecto es que quien controla el CTE controla la selección de las quintetas. La gran apuesta de Morena es asegurar los dos asientos nombrados por la CNDH y dos de los tres de la Jucopo, con lo que tendría la mayoría en el Comité de Selección. Nada que no haría cualquier partido en el poder.Del equilibrio de las ternas depende que tengamos un INE independiente y funcional. Es ahí donde hay que poner el ojo ciudadano, vigilar que el CTE haga su chamba y la haga bien. Para ello es necesario que se inscriban los mejores perfiles, académicos y ciudadanos con experiencia en organismos electorales, de manera que, si hay manipulación de resultados, de uno u otro lado, quede en evidencia.El INE de la suerte puede ser una experiencia positiva o el arranque de una elección de dados cargados.diego.petersen@informador.com.mx
