Nos quejamos de los autos, pero ¿quién deja su auto para subirse al transporte público? Yo. En la semana grabo por la mañana mi programa “Perspectivas” en Canal 44 en Belenes, Zapopan. Demoro en auto 50 minutos o más.Decidí hacer un viaje multimodal (recomendados para las grandes ciudades): auto, Tren Ligero y autobús.***Salí de casa y tras un viaje de cinco minutos dejé el auto cerca de la estación Santa Filomena de la Línea 1 del Tren Ligero. El trayecto en tren fue terso hasta la estación Ávila Camacho de la Línea 3, y de ahí enfilé hacia la estación Zapopan Centro. A partir de aquí, se acabó mi sonrisa.El traslado del Centro de Zapopan a Canal 44 es de dos kilómetros. Esperé el camión en la parada frente al Hospital San Juan de Dios sobre Avenida Juan Pablo II. Me preocupé a los 10 minutos. A los 15 -se hacía tarde- concluí que la ruta 634 era causa perdida (sé que una ruta llega a tardar hasta 30 o 40 minutos). La espera con la mirada puesta en el horizonte es angustiosa como las ganas de ir al baño en carretera.Para quienes transpiramos como maratonistas, el proceso se humedece y genera la atmósfera ideal para el fatalismo existencialista (“ya no llegué”, “debí apurarme”, “por qué nací”).Tomé un taxi amarillo por 50 pesos a Canal 44. Fue un trayecto de 5 minutos. Al llegar, le entregué al chofer un billete de 100 pesos.-Uy, jefe, no traigo cambio. Sólo 20 pesos.Mi prisa era mayor. Tomé el billete de 20 y corrí. Después reflexioné: debí resolver eso como los hombres: un volado, cien o nada. Para la otra.Llegué a tiempo a grabar. ***Para el regreso cambié la estrategia. En vez de la 634 caminé a la estación Centro Cultural Universitario del Peribús. Salvo un fugaz episodio de angustia y el potencial contacto irrespetuoso por la saturación de pasajeros, además del aire acondicionado caliente, el traslado fue breve y me expulsó en Periférico Belenes de la Línea 3 en 10 minutos.Los cambios a la Línea 3 se sienten como esos momentos en la playa en que entras por las heladas al Oxxo climatizado. Incluye además una vista panorámica a la ciudad.Además, uno ve cosas. Por ejemplo, en la conexión de la Línea 3 a la Línea 1 en Ávila Camacho se les olvidó poner un elevador. Vi a dos adultas mayores, bastón en mano, luchar por subir y bajar las interminables escaleras.Hice cuentas. En transporte público tardé unos 40 minutos (10 menos que en auto). Ayudaron el Tren Ligero y el Peribús. Si hubiera tomado sólo rutas convencionales, no hubiera llegado a tiempo.***Conclusión: la experiencia multimodal salió un poco arriba del presupuesto esta vez, como obra de la Siop, pero en tiempo.Pese a todo, creo que es mejor opción el transporte público (para mí en este trayecto). Solo hay que odiar más el estrés del tráfico que el calorón, los apretujones y la incertidumbre de llegar tarde si algo sale mal, como un tormentón en sentido figurado y literal. Estoy de vuelta al ruedo. jonathan.lomeli@informador.com.mx