Eran mediados de los setenta cuando tuve mi primer encuentro con la rojinegra. Recuerdo el momento preciso, que fue para un cumpleaños mío. Un tío que fue un importe impulsor de que yo le fuera a La Academia me la obsequió. En aquellos años, dichas prendas se vendían en las tiendas de deportes locales de la calle Obregón, eran unos kits que incluían el short, calcetines y la playera.Ésta, elaborada de un material sintético, de tejido de punto sin ninguna tecnología. Eran muy calientes y hasta cierto punto incómodas, pero a un niño de ocho años aquello era lo menos importante. Lo trascendental era portarla para salir a jugar con ella toda la tarde, en una Guadalajara que permitía jugar en la calle, todos los jugadores alertas de aquel grito de ¡Coche, coche! para hacer un balón muerto y continuar la jugada.Con el tiempo, como todo, aquello cambió, y ya para principios de los noventa la mercadotecnia se empezaba a asomar con una incipiente industria que estaría por descubrir la importante herramienta, que para esos fines se gestaba.Atlas siempre innovador no se quedaría atrás y más cuando aquello se convertía en recursos frescos para su economía; fue así que aparece por primera vez un estampado publicitario en el pecho de la misma.Helados Bing, sí, la del querido y bien recordado empresario tapatío Don Adolph Horn.Subsecuentemente le seguiría Peñafiel y Cervecería Moctezuma, éstas impulsadas por otro gran rojinegro, Don Antonio Aldrete, quien fue un visionario de la mercadotecnia deportiva.Con la cervecería vendría otra importante e innovadora aportación, desarrollando una fórmula donde esta última se convertía en socio estratégico en la inversión en jugadores para la institución.Así, llegaron jugadores como: “Toto” Berizo, Ricardo Lunari y Darío Franco, entre otros.Ya no habría vuelta atrás y a partir de esos años, la venta de la playera a patrocinios sería algo sustancial para las economías de los clubes.Posteriormente, los clubes detectaron que la gente no se conformaba con la playera de su equipo, también quería traer la misma con la que se jugaba, ahí nacería otra oportunidad de negocio que sería la venta de la playera oficial.Asimismo, vendría el día donde cada año se presentaba la misma en eventos majestuosos donde los fabricantes y los clubes echaban la casa por la ventana, en unas fiestas que serían verdaderos eventos sociales, donde todo mundo quería estar presente. Siempre los lugares eran insuficientes para albergar la gran cantidad de gente que quería estar presente y ser el primero en conocerla y obtenerla.La de Freddy Krueger: esta playera fue muy polémica, ya que sería un diseño innovador a la tradición de la camisa clásica rojinegra, las marcas siempre buscaban innovar y para que se diera la alianza entre la famosa marca de la palomita y Atlas, esta última sería la única opción, ya que ante la premura de la entrega, no hubo tiempo de un diseño especial y se buscó alguna que pudiera utilizarse, misma que tuviera al menos los colores rojinegros.Así que, para los coleccionistas, ésta se ha convertido en objeto de deseo, ya que nunca estuvo a la venta, dado que las partidas fueron tan limitadas que sólo estaban disponibles para uso de los jugadores, tan así, que al finalizar de los partidos éstas les eran recogidas a los mismos.Asimismo, con esta playera el equipo peleó por conservar la categoría y también obtuvo uno de los récords más altos de puntos conseguidos en torneo cortos, peleando el superliderato del torneo hasta la última fecha.Recientemente vivimos una presentación más de la misma, resaltando de nuevo de la innovación de su diseño, saliéndose del molde tradicional y con toda la tecnología de punta en la misma. Personalmente me gustó mucho, así que confío y deseo que ésta le traiga mucha suerte y éxito a La Academia en este próximo torneo.
