Martes, 23 de Abril 2024

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

“De la guapura y otras necesidades”

Por: Carlos Enrigue

“De la guapura y otras necesidades”

“De la guapura y otras necesidades”

Oscar Wilde solía decir algo así como que es terrible que el ingenio dure más que la belleza, lo cual es una franca declaración de que en este mundo lo más importante, es decir, lo único importante es la guapura. Lo que para mi desgracia no me tocó en esta vida y, por tanto, afirmo que lo dicho por el irlandés es falso y lo niego.

Pero todos tenemos un día de sol y el mío llegó a través de mi cuenta de Facebook. Debo decir que en ésta yo acepto como amigo a cualquier persona que me lo pida y tenga un nombre humano. Así, no acepto como amigos a empresas, sociedades o demás negocios. Me llegó una solicitud de amistad de una persona con un nombre que me pareció gringo y, desde luego, acepté. Ya que viste mucho tener amigos extranjeros porque, entre otras cosas, hace que uno se sienta muy internacional.

A la aceptación le siguió una larga comunicación que, como venía en inglés, no le entendí. Lo que le contesté fue lo único que sé decir en gabacho, que es: “Yes, I will”. Pero me quedé intrigado con lo que me escribía y fui con una amiga norteamericana que, aunque usted no me lo crea y no sé cómo le hace, pero ella habla inglés desde que era niña. Ella comenzó a traducirme, diciéndome que la persona en Facebook había solicitado mi amistad porque le había parecido guapo. De modo que usted entenderá que ya no puse atención a los demás temas de su carta. En la que me narraba que ella era militar y estaba en alguna invasión en Asia y, según mi amiga gabacha, debía yo entender que era algún género de estafadora. Pues hablaba de una medicina que bajaba la presión, bajaba el azúcar y quitaba hasta los medicamentos de vejez. Y la receta de unas hierbas mágicas costaba como cincuenta dólares, que no me quería cobrar, pero que las empresas farmacéuticas la forzaban a hacerlo porque ya nadie les compraba medicinas y todos estaban tomando las raíces por ella recomendadas.

Pero me entusiasmó, ya que en mis primeros setenta y cinco años de vida nadie, pero nadie, me había dicho “guapo”. Vamos, ni mi abuela, que me quería mucho. Por ello, le escribí a mi nueva amiga una carta de doce hojas, agradeciéndole en el alma que me hubiera considerado guapo, que de hecho era la primera persona que lo había hecho. Con lo que no conté es que la mandé traducir a lo tonto, ya que el máximo que se puede poner en ese tipo de publicaciones son dos hojas. Por lo que debe haber quedado sorprendida al recibir un agradecimiento como el mío, aunque yo creo que hubiera quedado más contenta si le hubiera mandado los dólares.

@enrigue_zuloaga

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones