Jueves, 28 de Agosto 2025

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Aronofsky echa relajo

Por: Arturo Garibay

Aronofsky echa relajo

Aronofsky echa relajo

Reconocido gracias a películas como “Pi: El orden del caos”, “Réquiem por un sueño” y “El cisne negro”, entre otras, el cineasta Darren Aronofsky está de regreso con “Atrapado robando” (Caught Stealing, 2025). En algunas entrevistas, el realizador ha dicho que intentaba filmar una película de puro entretenimiento, divertida, relajienta, como una manera de contrarrestar la desgastante y aplastante experiencia emocional que representó el rodaje de “La ballena”. Pues bien, Aronofsky se ha salido con la suya: su nueva película es divertida, hiperquinética y hasta virulenta.

Basada en la novela de Charlie Huston (quien también escribió el guion), cuenta la historia de Hank, un ex beisbolista que vio truncada su carrera tras un traumático evento de juventud. Sí, nuestro protagonista era la próxima gran promesa de las Grandes Ligas, pero “se lastimó la rodilla” (o, al menos, eso creemos) y así sus sueños se fueron al garete. 

Aun así, hoy lleva una vida tranquila: trabaja de cantinero en un bar, tiene una novia, llama todos los días a su mamá. Sin embargo, su paz se termina cuando su vecino punketo le pide que cuide a su gato. Esa situación trivial terminará por enredar a Hank en una peligrosa intriga criminal en el Nueva York de finales de la década de 1990.

Hay en “Atrapado robando” una combinación que a muchos puede complacer: por un lado, tenemos un thriller criminal protagonizado por un personaje que, sin deberla ni temerla, termina sumergido en un mundo al que no pertenece; por el otro, aparece la comedia de humor negro que, además, lleva una carga fársica e hiperbólica. Aronofsky explota ambos atributos para mantenernos entretenidos de principio a fin, dibujando a veces fuera de la raya y sacándole a su elenco actuaciones potenciadas en gran medida por el trabajo físico. Sí, el reparto echa mano de sus cuerpos -de su expresión corporal- para mantenernos dentro de la acción.

Austin Butler es Hank. El resto del elenco lo completan Regina King, Zoë Kravitz, Matt Smith, Liev Schreiber, Vincent D’Onofrio, Nikita Kukushkin, Carol Kane y Benito A. Martínez Ocasio (mejor conocido públicamente como Bad Bunny). Todos, en su punto.

Para transportarnos a los años 90, Aronofsky echa mano de dos ingredientes clave: primero, el cancionero que incluye temas de Garbage, Mercy Playground, Smash Mouth, Semisonic, Madonna y Meredith Brooks, entre otros. Esto se complementa con la música original de los tótems del post-punk inglés, Idles. Sonoramente, la pieza no tiene desperdicio.

El otro elemento sustantivo para devolvernos en el tiempo es la cinefotografía de Matthew Libatique.

Es cierto que la cámara se ejerce de manera muy moderna, muy contemporánea, pero también suele enfocar su atención en los detalles sutiles que gritan “¡esto es 1998!”: desde los imanes de un refrigerador hasta una botella de Peñafiel, desde la señalética de las calles hasta el paisaje urbano.

Quien quiera acercarse a “Atrapado robando” en busca de “sustancia” podría toparse con pared. Es cierto que se trata de un relato sobre las espirales descendentes de la vida: esos momentos en que nos llueve sobre mojado, en que vamos de mal en peor, en que creemos que finalmente mañana saldrá el sol… ¡pero no! Todo sigue cuesta abajo. Y, aun así, seguimos peleando con uñas y dientes. 

No obstante, no hay moraleja que perseguir. En todo caso, Aronofsky simplemente nos da una experiencia de hedonismo fílmico macabro, esparcimiento brutal, un divertimento que (por momentos) hasta nos puede servir para hacer catarsis. Y eso está bien. A veces solo queremos jolgorio y despapaye. Si eso andas buscando, aquí está la sangrienta, desbocada e inconsecuente pieza fílmica que estabas esperando.

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