Sábado, 11 de Octubre 2025

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Ante la inconformidad y el insulto… el voto

Por: Daniel Rodríguez

Ante la inconformidad y el insulto… el voto

Ante la inconformidad y el insulto… el voto

Alrededor de una mesa, compartiendo los alimentos entre amigos, los temas de conversación son muchos y variados, pero en estos días los comentarios de inconformidad sobre el destino que lleva el país y en esta última semana los insultos desde Palacio Nacional hacia quienes tienen la intención de expresarse en una manifestación de rechazo masiva este fin de semana, son obligados y se prestan para la polémica.

En un escenario así me vi envuelto a media semana, donde una de las comensales con vehemencia exhortaba a los que estábamos presentes a ser parte de la expresión social organizada para este domingo 13 de noviembre y denominada ‘El INE no se toca’, para inconformarse ante los esfuerzos que tiene el presidente Lopez por desbaratar, desaparecer o destruir al Instituto Nacional Electoral.

Y es que la molestia es mucha en contra de quien habita en Palacio, que desde el lunes ha arremetido en contra de los promotores de las marchas en todo el país y de quienes planea ser parte de ellas. El repertorio de insultos van desde “racistas, hipócritas, rateros, corruptos y corruptazos, aspiracionistas, rateros, lambiscones, clasistas, cretinos y -por su impuesto- fifis”. Una retahíla de conceptos hacia millones de mexicanos, que con una manifestación planean mostrar no estar de acuerdo con el proyecto de cambiar a un organismo que es base sólida de la democracia, con la que hasta el momento aún tenemos y disfrutamos.

Además, es un contrasentido y una hipocresía, ya que ese instrumento -la marcha- el mismo López la ha utilizado. Por años, quien ahora porta la banda nacional en su pecho, ha recurrido a las protestas callejeras para manifestar su inconformidad por diferentes motivos. Solo hay que recordar lo que sucedió en 1991, cuando encabezó el ‘Éxodo por la democracia’, argumentando un fraude electoral; en el 2006, la famosa ‘Marcha por la democracia’ y sus distintas posteriores manifestaciones, como aquella en defensa de los maestros para ganar su simpatía y adeptos.

Aunque, cuando las manifestaciones son en su contra, ya ha recurrido a la descalificación y al insulto, como sucedió cuando era el Jefe de Gobierno del Distrito Federal y se organizó ‘La Gran Marcha Blanca’ para exigir un alto a la violencia, les dijo a los organizadores y participantes que eran “eran unos reverendos mentirosos, Esos señoritingos, esos pirruris de la derecha; ahí andan con su campanita en favor de la paz y sus moñitos blancos. ¿De qué paz hablan?”, se preguntaba. Y hay que recordar también -más recientemente- sus críticas a quienes han pedido poner fin a la violencia de género. Tanto en el 2020 como en el 2021 puso en duda la autenticidad del movimiento de mujeres, calificando de”conservadores” a los organizadores” y de ser “una manipulación vil” las marchas que se dieron en todo el país.

Regresando a la comida en cuestión, otro de los comensales se mostraba escéptico de los resultados que pudiera aportar la marcha del domingo para cambiar la intención del presidente López para reestructurar al INE, y recomendaba con mesura y sentido común, que más que manifestaciones, la solución estaba en el voto.

Y sí, al final de las marchas, que aparentemente serán muchas y masivas, se dejará constancia de la inconformidad, pero no provocará cambiar la intención de quien ahora ‘nos gobierna’ de insistir en hacer los cambios necesarios al INE con la pretensión de poder manipular los comicios por venir y de esa manera favorecer al partido que él encabeza.

La reflexión es muy sencilla. En la actualidad la lista nominal del INE muestra que somos casi 95 millones de personas que podemos ejercer el derecho al voto. De ese universo, en las elecciones en el 2018 -cuando López llegó a la presidencia- el ahora presidente obtuvo 30 millones 113,483 sufragios -de 56 millones 611,027 que votaron-, obteniendo el 53.19 por ciento de la preferencia-. Si hoy en día los poco más de 65 millones que en aquel entonces no le dieron su voto y lo hacen por otra opción o una alianza de partidos, seguramente nos olvidaremos de las inconformidades y  evitaremos los insultos. ¿Usted, qué opina?

daniel.rodriguez@dbhub.net
 

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