Lunes, 15 de Abril 2024

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Anonimia filantrópica

Por: José Luis Cuellar de Dios

Anonimia filantrópica

Anonimia filantrópica

El ejercicio de la caridad hacia las personas en condiciones de desamparo, cualquiera que sea la manifestación o gravedad de este, es insito a nuestra condición humana, y se llama filantropía, sin embargo, de acuerdo al entorno emocional y educacional en que se desarrolla cada persona puede caer en el olvido -egoísmo- o puede ser verdaderamente ejemplar -compasión-. Recordemos que la compasión hacia el prójimo no esta restringida a la aportación económica, la siguiente anécdota la ilustra: “le preguntaron a un hombre, adulto mayor, que pernoctaba en el atrio de una Iglesia y su sustento eran las monedas que le regalaban los transeúntes: que después de tantos años de soledad y abandono cual había sido la mayor ayuda que había recibido a lo que sin vacilar contestó: “el beso que me dio una joven en la mejilla acompañado de un cálido abrazo”, ¡nunca lo olvidaré!

Se dice por ahí que el mejor filántropo es aquel del que se desconoce su nombre, es decir, quien ejerce la ayuda al prójimo sin publicitarlo, sin embargo, existe la otra cara y tal parece que en los tiempos que corren son mayoría, aquella en la que la ayuda se somete a la condición de aparecer públicamente dando a conocer sus obras de caridad, condición que corre el altísimo riesgo de convertir la ayuda en un tremendo escaparate llamado protagonismo.

Para nadie es un secreto que vivimos sometidos a una cultura de protagonismo a tal grado exacerbada que se prefiere la mala fama a la anonimia, es por eso que quizás el mejor ejercicio filantrópico sea aquel en el que los benefactores se tapen hasta el punto de la anonimia.

Para aquellos que argumentan que el buen ejemplo se imita, bastaría con dar a conocer, sin decir nombres, la aportación que alguna persona física o moral ha hecho para tal o cual causa. Producto de un trabajo de investigación se obtuvo un dato que alarma, tan solo el 4% de la información que navega en las redes toca el tema filantrópico, dato que si se compara con el tono del otro 96% nos daríamos cuenta que vivimos en una época de “frívola cultura de masas” que no hace mas que sumir cada día mas a personas en los territorios del desastre y la desolación. En otras palabras, ya ni en Google se encuentra la definición de la palabra filantropía.

Finalmente bastaría suscribir el compromiso de apoyar causas teniendo presente el acompañar y atender las principales necesidades de los diferentes grupos vulnerables. La filantropía debe ser una experiencia casi ritual que siempre incluye un sacrificio, así sea el de la anonimia. Por el contrario ciertos protagonismos terminan por ofender a los beneficiados. Cualquier acción de apoyo a grupos vulnerables debe generarse sometiendo al ego a total marginalidad solo así se podrá decir: “santo el que ayuda”.

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