Apenas el 30 de abril Silvia Giorguli, presidenta del Colegio de México (COLMEX), celebraba en una entrevista con el diario español El País el cambio de política migratoria en la frontera por parte del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de terminar con la criminalización impuesta durante la administración de Donald Trump, a la vez que insistia en que “Hay que modificar el sistema de asilo estadounidense’’, sobre todo “humanizarlo”.Festejaba la académica la terminación del programa ‘Permanece en Mexico’, que enviaba a nuestro país a todos los solicitantes de asilo, donde quedaban a la espera de una resolución de la corte sobre su caso.Los buenos propósitos de atender en territorio estadounidense los casos de quienes piden acceso al país vecino se vinieron abajo el martes pasado, cuando la Corte Suprema decidió que se implementará nuevamente el programa y los solicitantes deberan esperar en Mexico una resolucion, que ante la enorme cantidad de casos, pudiera prolongarse hasta más de un año.El jueves durante la mañanera el presidente Lopez Obrador, abordado sobre el problema de hacinamiento que continuará creciendo del lado mexicano en la frontera, por fin dijo algo con sentido común, “Esto no puede ser eterno. Tenemos que ir al fondo, y eso significa invertir para el desarrollo”. Tiene toda la razón. No se puede continuar siendo policías fronterizos de Estados Unidos en los límites con Guatemala y Belice, ni tampoco hablar de programas tipo ‘curitas’ cuando lo que se tiene enfrente es un cáncer, casi de tipo terminal. Lo urgente, es coordinadamente todos los involucrados -los países expulsores de migrantes, así como los receptores, en los que se incluye México en ambos lados- implementar medidas urgentes que ayuden al desarrollo de las regiones y tiendan a estabilizarlas economías para mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos.La Organización Internacional para los Migrantes (OIM) señaló el pasado jueves (EL INFORMADOR.MX, 22-8-21) que dos de cada tres mexicanos deportados por Estados Unidos habrían migrado por “oportunidades económicas”. Solo un 19% lo hicieron por seguridad y 17% por reunificación familiar.Por lo pronto, nuestro país -por un buen tiempo, años posiblemente- deberá seguir lideando con el paso de migrantes que se ven expuestos a la delincuencia que los secuestra, extorsiona y en ocasiones hasta les quita la vida, además que se verse condenados -por la nueva implementación del programa ‘Permanece en México’- a permanecer hacinados en las ciudades fronterizas, donde la única ayuda que reciben es de las organizaciones civiles de asistencia. Activistas de derechos humanos han señalado que el trato a los migrantes es ilegal e inhumano. La hermana Norma Pimentel, coordinadora de Caridades Católicas en la frontera, dijo que el trato de los migrantes por parte de Estados Unidos “que lo hagan de una manera decente”, que sean humanos con el dolor y la necesidad de los migrantes. Y también tiene toda la razón, que se maneje el asunto de acuerdo a la complejidad que tiene, dejando de lado los intereses políticos. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net
