El 28 de agosto de 1963, desde la escalinata del monumento a Lincoln, al finalizar la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad, Martin Luther King Jr. pronunció un discurso conocido por una de las expresiones claves del mismo “I have a Dream” (“Yo tengo un sueño”), mensaje que está considerado como uno de los mejores de la historia.En el discurso hay un sentimiento de profundo optimismo, de esperanza, que propone el ideal de una sociedad fundamentada en los valores de la igualdad y la fraternidad, con pleno reconocimiento de los derechos civiles y las libertades.Luther King Jr. es recordado hoy como uno de los mayores líderes y héroes de la historia de Estados Unidos, además de considerarse paladín transformacional que quiso cambiar la situación de los grupos sociales.En su mensaje de “Yo tengo un sueño”, habla “que todos los hombres son creados iguales”; “que los propietarios de los esclavos serán CAPACES DE SENTARSE JUNTOS EN LA MESA DE LA HERMANDAD”; que “la injusticia y la opresión, será transformado en oasis de libertad y justicia”; que “algun dia seremos capaces de unir sus manos como hermanos y hermanas” y que “con esta fe de seremos capaces de transformar las discordias en una sinfonía de hermandad”.58 años después la frase “tengo el sueño” se escuchó nuevamente, pero no para recordar a Martin Luther King Jr., ni tampoco fue en Washington. Salió de los labios de Andrés Manuel López Obrador y fue en Palacio Nacional en su mañanera del miércoles pasado, cuando parafraseando al líder social norteamericano hizo referencia y expresó su esperanza de que en la Cumbre de las Américas el mes próximo en Los Ángeles, se unan todos los países del continente, una vez que el gobierno estadounidense ha expresado la intención de no invitar a Cuba, Nicaragua y Venezuela, reunión a la que por cierto el presidente mexicano ha declinado asistir y nuestro país será representado por el Canciller Marcelo Ebrard.López Obrador habló -como pocas veces- de manera eslabonada y con coherencia, dando la sensación de que alguien le elaboró el mensaje. “Yo considero que es necesario un cambio en la política exterior del mundo, ya no es posible seguir en el caso de América con la doctrina Monroe, ni con la consigna de que América para los americanos ni mantener pugnas que se originaron durante la Guerra Fría, es el momento de inaugurar una etapa nueva en la relación de los países de nuestro continente, de nuestra América, no caracterizado por la hegemonía, por el predominio, por la injerencia, por las imposiciones, sino por las relaciones de amistad, de cooperación, de unidad de los pueblos”. Definitivamente, un lenguaje acorde a su filosofía, racional a sus intenciones, razonable en el contenido y lógico ante las circunstancias.Para nadie pasa desapercibido que a pesar de que López Obrador no ha cumplido con sus promesas con las que llegó a la presidencia, ha quedado lejos de las expectativas y no ha cumplido con las necesidades reales del país, y que con sus obvias intenciones y rudimentarias maniobras intenta posicionarse como líder de las Américas. Sin embargo, copiando la filosofía de un líder social de la dimensión de Luther King Jr. dista mucho de tener la capacidad ni de llegar a estar en el mismo nivel, quedando expuesto como una copia falsa.Ahora bien, qué pasaría en la hipotética y muy remota posibilidad de que Estados Unidos -de última hora- decidiera invitar a todos los países sin excepción. Seguramente nuestro presidente cambiaría de opinión y se dispondría a viajar a la Cumbre con la intención de ‘aparecer’ como el ‘mesías’ o el ‘salvador’ de las Américas. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net
