Un tópico obligado, inevitable, derivado de la coronación del América en el Torneo de Apertura finalizado hace dos semanas, es el referente a la supremacía absoluta en el fútbol mexicano, que los americanistas disputan con el Guadalajara…Como es del conocimiento público, los capitalinos podrán colocar alrededor del escudo en las camisetas que utilizarán en el inminente Torneo de Clausura, 13 estrellas: una más de las que ostentan los tapatíos en torno a su emblema.*Instalados como están los 18 equipos en la línea, en espera de la señal de largada, hay, como en toda competición, los favoritos: los que acaparan las miradas de los conocedores; los que concentran la predilección de los apostadores… y los supuestos predestinados a fungir como relleno del pastel.Sin que se descarte la posibilidad de que alguno de estos últimos se sublime en el extenso grupo de los llamados, se cuele en el selecto elenco de los escogidos y dé la campanada -como ocasionalmente ha sucedido desde que se implementó el actual sistema de competencia-, está claro que América y Guadalajara están, a priori, en todas las quinielas, al lado de otros consabidos -por habituales en los últimos años- protagonistas de la película: “Tigres”, Monterrey, Cruz Azul y Santos Laguna, cuyas presencias se dan por descontadas en la próxima “Liguilla”, y la ausencia de cualquiera de ellos sería calificada como fracaso. “Pumas” -con un plantel teóricamente debilitado con respecto al participante sorpresivo de la “Liguilla” reciente-, Tijuana, Toluca y Pachuca estarían en la segunda línea; León, Morelia y Necaxa en la siguiente, y Puebla, Querétaro, Atlas, Lobos BUAP y Veracruz, por sus modestos desempeños en los torneos más recientes, condenados, a priori, a fungir como actores muy secundarios de la película.*De vuelta a la disputa por la superioridad absoluta en el futbol mexicano, vale destacar que la presencia de las “Chivas” en esa competencia se justifica principalmente por los ocho títulos conseguidos entre las temporadas 1956-57 y 1969-70; es decir, por una generación, la del “Campeonísimo”, considerada como “excepcional” por la mayoría de los observadores, y correspondiente a una época sustancialmente diferente a la actual: una época en que el fútbol mexicano se robustecía en el aspecto cualitativo con la presencia de jugadores extranjeros, ciertamente... pero en el aspecto cuantitativo no dependía tanto de ellos, como ahora que son mayoría en casi todos los planteles.
