“A falta de bombas, buenos son petardos…”.Esa sería, en general, la divisa que imperó en el “draft” de media temporada, celebrado ayer en Toluca. Como lo normal es que las contrataciones más espectaculares se realicen a medio año, después del Torneo de Clausura, por esta vez se procedió al acostumbrado reacomodo de piezas: lo que a unos equipos les sobra —jugadores que no rindieron de conformidad con lo que costaron—, a otros puede venirles bien para apuntalarlos en sus aspiraciones… o necesidades.*Independientemente de la fama de que llegan precedidos algunos de los jugadores que cambiarán de aires para el próximo certamen, la prueba definitiva correrá, como de costumbre, a cargo del tiempo (“supremo juez”, lo llamó Paul Dukas)…En la medida en que, pongamos por ejemplo, Santos Laguna, Pachuca, Cruz Azul y “Pumas”, entre otros, se reconcilien con su habitual condición de protagonistas y salgan de la mediocridad que ha sido su sello en campañas precedentes, podrán considerarse como acertadas las contrataciones realizadas.En la medida en que consigan resultados que les permitan remontar en el tabulador de cocientes y eludir la amenaza de descenso que actualmente se cierne sobre ellos, otro tanto podrá decirse de las incorporaciones que los Puebla, Querétaro y Veracruz realicen en el actual ejercicio… aunque todo indica que las penurias de los “Escualos” continuarán, al impedírseles participar en el régimen de transferencias por los adeudos que la directiva tiene con varios jugadores.*Por lo pronto, hasta donde se sabe, la mayoría de los jugadores de los que se decía que podrían ser objeto de una “limpia” por parte de los equipos en que quedaron a deber y a los que se encontró acomodo en otros clubes, quedaron, hasta donde se sabe, conformes con la salida que se dio a sus casos.Que a Cota se le allanara el camino para proseguir su carrera con las “Chivas” o al “Chaco” Jiménez se le abra la puerta para terminar su carrera como futbolista activo en el Pachuca, donde se le recuerda como jugador emblema, al cerrársele la del Cruz Azul, donde las exigencias de los aficionados y las presiones de la crítica obligan a sacrificar las consideraciones sentimentales en aras del apremio de los resultados, fueron los deseables “finales felices” para las correspondientes historias.Después de todo, como dijo el pariente, “así es este negocio del abarrote…”.
