Entre los aciertos del rival (Domínguez, portero del equipo dominicano, obtuvo la nota aprobatoria con las calificaciones más altas del partido) y los desaciertos propios (Matías Almeyda destacó en sus declaraciones que el Guadalajara tuvo varias ocasiones propicias para acrecentar los números de su victoria… pero las dejó en simples aproximaciones por falta de contundencia), las “Chivas” hicieron efectivo el pronóstico que prácticamente les garantizaba un debut exitoso en la Liga de Campeones de la Concacaf.*Las que enviaron los relatores presentes en el estadio —si así se puede llamar a una cancha equipada con graderíos para 10 mil aficionados del Cibao, en Santiago de los Caballeros, República Dominicana: equipo, ciudad y país de reciente inclusión en el mapamundi del futbol—, fueron, con la venia de Gabriel García Márquez, si no exactamente las crónicas de una muerte anunciada, sí las de un resultado absolutamente previsible.De hecho, todos los reportes coinciden en que el 2-0 con que se escribió la historia, se quedó corto. La diferencia entre la estatura futbolística de vencedor y vencido, según el consenso de los testimonios, debió haberse reflejado en un marcador mucho más amplio.*A cambio de las ocasiones de acrecentar la ventaja a que aludía Almeyda, las estadísticas del encuentro aportan un dato elocuente: en lo que el Guadalajara realizó cuatro tiros a gol propiamente dichos —lo que, en rigor, obliga a hacer un reconocimiento a la aplicación del cuadro local para realizar el trabajo defensivo que se tradujo en lo que pudiera calificarse de “derrota honrosa”—, la ofensiva (es un decir…) dominicana dejó el registro correspondiente... en un cero absoluto.Como solían decir en casos similares los cronistas antiguos: Cota entregó el uniforme al final del partido en condiciones tales que el utilero decidió que no tenía caso mandarlo a la lavandería…*Si, como en su oportunidad se ha consignado, “Tigres” y América tuvieron exámenes con un mayor grado de dificultad, en teoría, porque Herediano y Saprissa tienen cierta prosapia por su participación en ese torneo, el compromiso de las “Chivas”, sin que implicara menosprecio, ofensa o falta de respeto para el adversario que el destino le acomodó en la agenda, era “pan comido”.Queda pendiente decidir, en todo caso, si el compromiso —con el correspondiente viaje— fue de alguna utilidad como entrenamiento para el partido de mañana domingo ante los “Pumas”.
