¿Querían una respuesta concreta, concisa y categórica de Gerardo Martino sobre la posibilidad de incluir a jugadores naturalizados en la Selección Nacional?...Pues ahí la tienen: “Ni sí ni no... sino todo lo contrario”.*Ya en serio: es verdad que, en efecto, algo le insinuó, hace semanas, a Iván Marcone, cuando éste decidió dejar al Cruz Azul e irse de México para enrolarse con el Boca Juniors de su país de origen. Ahora se aclaró que la frase quiso ser una broma, que el mismo “Tata” califica de “desafortunada” por la tolvanera que levantó.Martino, en sus más recientes declaraciones, ha puntualizado que pretende llamar exclusivamente a jugadores nacidos y activos en México para las “convocatorias” que comenzarán mañana domingo; que probablemente llamará a algunos “europeos” para los partidos de la Fecha FIFA de marzo, ante Chile y Paraguay; que posteriormente los visitará para dialogar más ampliamente con todos… Y lo más importante: que no se ha abordado el asunto, pero si los dirigentes de la Selección Nacional le solicitan expresamente que convoque exclusivamente a jugadores nacidos en México -no naturalizados, pues-, acataría de buen grado la petición por parecerle razonable.*El tema -vale subrayarlo, ya que nuevamente salió a cuento- tiene que ver, por sobre todas las cosas, con la idiosincrasia de los aficionados. Aunque varias veces se ha llamado a jugadores naturalizados a vestir la camiseta nacional en campeonatos mundiales, porque la reglamentación lo permite, la medida ha sido, históricamente, muy cuestionada…Cuando Jorge Romo y Carlos Blanco fueron convocados para los mundiales de Suiza-54 y Suecia-58, México era coleccionista contumaz y sistemático de derrotas en esos torneos; (en Suecia, contra Gales, consiguió su primer empate). Cuando Gabriel Caballero, Antonio Naelson “Sinha” y Guillermo Franco fueron mundialistas, el primero en 2002, los otros dos en 2006, los desempeños del “Tri” se quedaron en los niveles que se han vuelto habituales desde hace medio siglo: decorosos; no sobresalientes.*Así pues, en el entendido de que la presencia de jugadores naturalizados no representa ninguna garantía de que México se convierta en protagonista de los mundiales, hay consenso entre los entendidos, por lo que se infiere, en que es preferible conocer los verdaderos alcances del futbol mexicano, por modestos que sean, rascándose con sus propias uñas, que aspirar a resultados mejores apelando a recursos truculentos… por muy legales que sean.
