Viernes, 26 de Abril 2024

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* Maleficio

Por: Jaime García Elías

* Maleficio

* Maleficio

Hermanos en la desgracia en lo que va del Torneo de Apertura, Atlas y Guadalajara (o viceversa, que “Tanto monta…”) tienen tarea para la semana: ir a la cancha de entrenamientos, a llenar planas y planas con la misma frase: “En el futbol, cuando el gol falta, todo lo demás sobra; en el futbol, cuando el gol falta, todo lo demás sobra; en el futbol, cuando el gol falta…”

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Gerardo Espinoza, con los rojinegros, y José Saturnino Cardozo, con los rayados, podrán encontrar consuelo, para cierta tranquilidad de su conciencia y para ahuyentar los fantasmas culpables de sus insomnios, suscribiéndose a la sentencia de Afro Geronazzo: “No siempre que se juega bien se gana, ni siempre que se juega mal se pierde; pero un equipo que juega bien, normalmente estará cerca de la victoria, y uno que juega mal, normalmente estará más cerca de la derrota”.

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El resultado de un partido puede ser un accidente del futbol. El Atlas, sobre todo en el primer tiempo de su partido del sábado ante Lobos BUAP, tuvo media docena de situaciones propicias para mover el marcador; en el segundo tiempo, ya no tantas. Las primeras se perdieron entre los desaciertos de los rematadores y los aciertos de Toño Rodríguez en defensa de su marco… Así y todo, con el penalti fallado por Kazim y las dos nítidas aproximaciones generadas en los minutos finales, los poblanos estuvieron a un tris de hacer el gol que cambiara la historia.

No obstante lo anterior, quedó claro: el Atlas jugó para ganar… pero no supo.

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Ayer, en Guadalajara, la misma historia… por cuenta de las “Chivas”.

Entre un gran lance de Orozco para desviar un disparo de Godínez, las tres fallas de Zaldívar y una más de Sandoval en las situaciones en que tuvieron pelota, marco y portero a su disposición, se hicieron humo las oportunidades que se presentaron para ganar el partido, incluso por goliza.

Los descuidos del cuadro bajo, del otro lado, propiciaron que Santos Laguna, sin necesidad de prodigarse, sin justificar sus blasones de campeón defensor, tuviera de sobra con concretar las dos oportunidades que generó en toda la tarde, para traducir al marcador una historia que puede condensarse de la siguiente manera: de poco o nada sirve que sea adecuado el planteamiento de un partido, cuando son erráticas las decisiones… o escasa la calidad en los rematadores.

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