Victoria tapatía por partida doble… ¡y contra la generalidad de los pronósticos!*El Atlas llegó a la cita de anoche con el Santos Laguna como el peor equipo del torneo; su adversario, como el mejor. A la hora de la verdad, los rojinegros jugaron su mejor partido del certamen, mientras el adversario incurría en desatenciones y pifias defensivas que se reflejaron en el marcador.Gerardo Espinoza partió de la premisa de que las fórmulas utilizadas por el “Profe” Cruz y Rubén Omar Romano en esta campaña ya habían demostrado su ineficacia. Apostó, pues, por las caras nuevas… Ortega, uno de los debutantes, encaminó al Atlas a una ventaja que llegó a ser de 3-0. ¡Los patos estaban tirándole a las escopetas…!Y aunque más tarde, cuando tenía la ventaja adicional de que el rival estaba diezmado por la expulsión de Osvaldo Martínez, admitió dos goles en dos minutos, que aportaron el tono dramático —la marca de la casa— a la recta final del encuentro, rescató una victoria, su tercera de la campaña, que lo sacó, por fin, del sótano del tabulador y virtualmente le significa eludir, por un buen rato, al fantasma del descenso.*Inédito en la oportunidad de mostrarse con la Selección Nacional el martes ante Croacia, Pizarro sacó lo mejor de su repertorio, ahora a favor del Guadalajara, anoche ante el Morelia. Su desempeño como armador, pero principalmente la frialdad que mostró como rematador cuando llegó al área en condiciones propicias, lo convirtieron en el artífice de una victoria que reanima las esperanzas de que los rojiblancos salven la temporada consiguiendo el boleto para el verdadero campeonato… aunque sus perspectivas de ser protagonistas del mismo, y no simples “colados”, sean muy escasas.A despecho de los parches que tuvo en su alineación inicial, y de las ausencia en ella de Sánchez, Pereira, López y Pulido, el cuadro rojiblanco supo ganar un partido que implicaba un grado considerable de dificultad, puesto que jugaba de visitante… y lo hacía ante uno de los equipos a los que aspira a desplazar de la lista de invitados a la llamada “Fiesta grande”.*Colofón: lo que amenazaba con ser un Viernes Santo pródigo en tribulaciones, terminó siendo la celebración anticipada de la resurrección de dos equipos para los que el Torneo de Clausura ha tenido muchas estaciones propias de viacrucis, y muy escasas de epifanía.
