Cuando recibió, a mediados de 2012, “La Escoba de Plata” que otorga la Asociación Técnica de Gestión de Residuos Sólidos Urbanos (Ategrus) en España, el entonces presidente municipal interino de Guadalajara, Francisco Ayón López, declaró que la distinción “nos hace sentir que vamos en el camino adecuado para tener un Centro Histórico del cual estemos orgullosos los tapatíos…”.El otorgamiento de la presea resultó, en su momento, bastante discutible –por no decir que sospechosa— para la generalidad de los tapatíos. Éstos podrán reconocer muchas cualidades en su ciudad, y agradecer, disimulando el rubor, algunas más que la generosidad de sus ocasionales visitantes tenga a bien añadirle…, pero no, por desgracia, la de la limpieza, merced a la cual se otorga el reconocimiento referido.-II-Si, como dijo Ayón López, “vamos en el camino correcto”, lo normal sería que ahora, cinco años y medio después, se hubiera avanzado en esa materia. Lo lógico sería que lugareños y visitantes coincidieran en que por lo menos el Centro Histórico de la ciudad ostenta la pulcritud que le habría merecido un galardón que se concede, según los estatutos de Ategrus, para “valorar y distinguir aquellas actuaciones y trabajos que se hayan realizado para mejorar o defender la gestión de los residuos, la limpieza y el aseo urbano (…) para ir mejorando nuestra calidad de vida y la sostenibilidad de nuestras ciudades”.Por desgracia, no es así. Cualquiera que tenga ojos y nariz puede dar testimonio, como hacen los turistas que destacan la suciedad como una de las notas reprochables (“perfectibles”, dirían sus gobernantes, puestos a ver las cosas desde la perspectiva de “el vaso medio lleno”) de Guadalajara, que la basura, el grafiti y las emanaciones pestilentes que por doquier se manifiestan, desmienten los rasgos del retrato que Pepe Guízar hizo de su ciudad a mediados del siglo pasado, alusivos a los aromas “a pura tierra mojada” en las tardes lluviosas y “a limpia rosa temprana” en sus generalmente tibios amaneceres.-III-Tangencialmente, la edición de “Rutas Turísticas” dedicada a Querétaro, asienta que “Querétaro es una ciudad segura y muy, muy limpia. Téngalo en cuenta, porque la multa por tirar basura en la calle asciende a tres mil 500 pesos, pero hay botes por todas partes…”.Colofón: la limpieza de Guadalajara es historia antigua, buen deseo y asignatura pendiente. La pregunta es si seguir el buen ejemplo de otras ciudades va en desdoro de sus moradores... o de sus gobernantes.
