Inspiradas por las mejores intenciones —de las que es fama que está empedrado el camino del infierno—, “recomendaciones” como las que emitió la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) para hacer frente a la inseguridad, que se ha vuelto crítica en el entorno de los centros universitarios, adolecen del defecto de que se quedan en el terreno de las abstracciones —en las nubes, pues—… por más que se emitan, como fue el caso, en cascada.-II-No fueron dos, ni tres, ni una decena de “recomendaciones” las que difundió la CEDH para ponerse en sintonía con la legítima preocupación de los estudiantes y de sus familiares por los peligros que acechan a los primeros en la que debería ser una rutina amable, segura y apacible. Segura, sobre todo… Fueron, para que no se viera pobreza, nada menos que “81 propuestas, 120 acciones específicas y 17 peticiones para garantizar el derecho a la seguridad ciudadana”.A cambio de algunas que parecen bastante factibles, como la de solicitar “a las comisarías municipales, realizar rondas de vigilancia en los planteles escolares al inicio y al fin de sus horarios” o la de procurar que las rutas del transporte público dejen a los estudiantes más cerca de sus escuelas, para reducir los trechos en los que delincuentes o acosadores pueden actuar, otras, como la de “valorar la creación de una Fiscalía Especializada en Atención a Delitos en contra de la Comunidad Estudiantil”, fueron desechadas, de bote-pronto, por entendidos en temas jurídicos.Por una parte, crear una fiscalía especializada en esos ilícitos, obligaría a crear muchas más para abocarse a la investigación de muchos otros delitos que también son motivo de seria preocupación social. Por la otra, hacerlo no es cuestión de “enchílame otra”; es algo que requiere modificar las leyes que regulan la administración de la justicia, y que —como apuntaron los críticos de la propuesta— “exige un presupuesto, infraestructura, reglamentos, equipamiento y más recursos humanos —más burocracia, más salarios…— con que actualmente no se cuenta”.-III-En cuanto a “recomendaciones” como “la transición del modelo actual de seguridad pública al de seguridad ciudadana”, la “generación de estrategias y políticas públicas”, la “coordinación y análisis de las estrategias gubernamentales en materia de seguridad pública” o la de “fomentar la participación ciudadana en los procesos de formulación, desarrollo, aplicación y evaluación de las políticas de seguridad pública y procuración de justicia”, son —salvo prueba en contrario—… “puro rollo”.
