Jueves, 28 de Marzo 2024

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- Misión imposible (y II)

Por: Jaime García Elías

- Misión imposible (y II)

- Misión imposible (y II)

La ruina, la degradación y el abandono del Centro histórico de Guadalajara es un proceso que lleva años. Revertirlo, en el supuesto de que la actual administración municipal, por iniciativa de sus autoridades y con el prometido apoyo de los comerciantes, dé los primeros pasos en ese sentido, requerirá un ambicioso proyecto conceptual, demandará cuantiosas inversiones de dinero público y privado, y, en cualquier caso, llevará décadas convertir en realidad.

-II-

De entrada, la intención es buena. Por la importancia política y económica —malgré tout, dirían los clásicos— que conserva, y porque sus habitantes no merecen la condena de seguir presenciando la pérdida incesante, cotidiana, del encanto que le valió ser llamada “La Perla de Occidente”, Guadalajara,  —diría Napoleón— “bien vale una misa”; o, lo que es lo mismo, que alguien intente devolverle, si no el esplendor, sí, al menos, el decoro de sus mejores años.

La mejor oportunidad que tuvo la ciudad de iniciar ese “rescate” —como ahora vuelve a llamarse—, fue la obtención de la sede de los Juegos Panamericanos de 2011. Hubo consenso —de autoridades, urbanistas, comerciantes y ciudadanos de a pie— en que el proyecto de construir la Villa Panamericana en terrenos aledaños al Parque Morelos, y de dotar de la infraestructura correspondiente —áreas verdes, escuelas, etc.— al que posteriormente sería núcleo habitacional para cientos de familias de clase media, habría sido el primer intento serio orientado a la repoblación y consiguiente dignificación del Centro.

El capricho del entonces mandamás de la Organización Deportiva Panamericana, Mario Vázquez Raña, y la tibieza de las autoridades, que agacharon la cabeza ante el mandato referido, se tradujeron en un disparate financiero y una atrocidad urbanística por partida doble: por una parte, la construcción de la Villa —como consta en actas— en terrenos en que jamás debió haberse construido; por la otra, el desperdicio de la oportunidad histórica de “rescatar” el corazón de la ciudad y de la Zona Metropolitana de Guadalajara en pleno.

El proyecto alternativo de construir una Ciudad Creativa Digital, secundado con tibieza por sus hipotéticos beneficiarios y desarrollado por las autoridades a paso de tortuga, ofrece, todavía hoy, más incógnitas que certezas.

-III-

Reconstruir lo ruinoso, repoblar lo abandonado, hacer atractivo nuevamente lo que se ha vuelto repugnante (por definición, “que causa aversión o asco”), parece tan encomiable —o tan necio, desde otra perspectiva… y al final de cuentas tan ocioso— como tratar de revivir a un agonizante.

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