Sábado, 20 de Abril 2024

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- “Mejor no saber...”

Por: Jaime García Elías

- “Mejor no saber...”

- “Mejor no saber...”

Hace 26 años, en las exequias del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, en la Catedral de Guadalajara, el obispo Antonio Pironio -actualmente en proceso de canonización- centró su homilía en un clamor: llegar a la verdad:

-Tenemos  derecho a saber a quién debemos perdonar- dijo el prelado argentino en la parte medular de su alocución.

-II-

Cuestionada en su momento -alguien planteó si esa idea concordaba con las palabras de Cristo en la cruz (“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”), o si Jesús también quería saber a favor de quiénes pedía el perdón del Padre-, la frase de Pironio, aplicada a otra reciente (mala) noticia en el ámbito local,  contrasta con la declaración de la viuda del fiscal regional de Jalisco, Gonzalo Huitrón Reynoso, asesinado hace una semana.

En una nota periodística (“Milenio”, VII-28-19, p. 9) se consigna que “A pregunta expresa y luego de un prolongado silencio, (la viuda) expresó: ‘Lo que te puedo compartir es que quiero estar en paz’”. El encabezado de la nota reza: “Viuda del fiscal prefiere no saber quién mató al padre de sus hijos”.

De Huitrón Reynoso se sabía, según la misma nota, que “esclareció infinidad de homicidios de alto impacto durante los 30 años que trabajó en la fiscalía”. Se infiere, pues, que en ese sentido deberían orientarse las principales líneas de investigación. Algunos prominentes funcionarios coincidieron en ello; prometieron “esclarecer” los hechos; que se conozcan los móviles, se identifique y procese a los responsables, y que, a la postre, aun en el entendido de que una vida humana segada por manos criminales es irreparable, “se haga justicia”.

-III-

Una semana después de aquel suceso, el mismo ha sido relegado a un segundo plano por otros episodios similares: el martes, el hallazgo de una (mejor dicho: de otra) “casa de seguridad” en Tlajomulco, con personas secuestradas y bolsas “que despiden olores fétidos” o “con presuntos restos humanos”; el miércoles, una balacera “entre grupos antagónicos de la delincuencia organizada” en un centro comercial, con saldo de dos muertos y seis heridos; y -como decía la publicidad de los pronósticos deportivos- “más lo que se acumule esta semana”…

Todo lo cual lleva a pensar que muy probablemente se cumpla el buen deseo -¿o simple presentimiento...?- de la viuda del fiscal Huitrón Reynoso: que, en cuanto al prometido esclarecimiento del crimen, todo termine como en la vieja serie radiofónica de “El Monje Loco”: “Nadie sabe, nadie supo…”.

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