Jueves, 25 de Abril 2024

Isaac Hernández, el objeto de deseo en “Alguien tiene que morir”

Ester Expósito es la It girl del momento y él, el mejor bailarín del mundo, y juntos estrenan hoy la serie dirigida por Manolo Caro para Netflix

Por: El Informador

Isaac Hernández, el objeto de deseo en “Alguien tiene que morir”

Isaac Hernández, el objeto de deseo en “Alguien tiene que morir”

Desde que Ester Expósito saltó a la fama por su participación en “Élite” se ha convertido en una de las figuras mediáticas de la actuación. Así también el tapatío Isaac Hernández, quien goza del renombre internacional que le ha dado desarrollarse en la danza y las artes escénicas. Ambos son jóvenes promesas del histrionismo y se han encontrado en la miniserie de Manolo Caro, “Alguien tiene que morir” que hoy vive su estreno en Netflix.

En la trama, Ester interpreta a “Cayetana”, una chica caprichosa que vive bajo normas sociales muy conservadoras, mientras que Isaac encarna a “Lázaro”, un joven bailarín mexicano que vive su libertad y que al llegar a España se da cuenta de la represión en la que está inmerso ese país en la década de los años 50. Tanto Isaac como Ester platicaron con esta casa editorial sobre su participación en esta trama en la que también están: Cecilia Suárez, Carmen Maura, Ernesto Alterio, Carlos Cuevas y Alejandro Speitzer.

“Para mí, como actriz y como persona, ha sido una gran oportunidad y un gran regalo poder formar parte de este proyecto; por un lado, porque admiro mucho a Manolo, conecté con él muy bien, y porque es un director que siempre tiene una actitud y una energía positiva a pesar de que puede estar cansado. Y esto me colocó en un rodaje de libertad a la hora de jugar y de crear a mi personaje. También hay un elenco inmejorable y he podido compartir con actrices y actores a los que admiro y a los cuales considero increíblemente talentosos; es un privilegio que a mis 20 años haya podido coincidir con gente tan brillante”, comparte Ester.

Por su parte, el primer bailarín del English National Ballet confiesa que para él siempre es fascinante ver cuando una persona llega a dominar su profesión, como lo hacen sus compañeros de reparto: “Es algo que me inspira todos los días, en lo personal y en mi carrera como bailarín es buscar esa perfección inalcanzable, pero cuando la ves ejecutada de una manera más natural de la mano de alguien como Carmen Maura, Cecilia o Ernesto, se convierte en algo más; inmediatamente me convierto en público y en un fan que está viendo a un maestro trabajar”.

Compartió que las coreografías que se ven en las escenas de la serie son un montaje que él hizo bajo la petición de Manolo. “Hay repertorio clásico”, dijo, “como piezas de ‘Don Quijote’ y un fragmento de ‘Carmen’, así como ‘El joven y la muerte’”.

Sobre la personalidad de su rol, “Lázaro”, -quien será el objeto de deseo del resto de los personajes de la serie-, Isaac señala: “Mi personaje está libre de prejuicios, y eso es  refrescante y lo que me llamó mucho la atención; tener la posibilidad de ser diferente, creo que eso es un privilegio donde sea que estés… Y es un privilegio con el que muchos contamos, pero con el que también muchos no cuentan y me gusta la idea de poner eso en una serie y debatir sobre estos temas de la libertad de elección y los derechos humanos, que hasta ahora para mi generación se han considerado para ciertos grupos sociales”.

Como el agua y el aceite

Sobre el desarrollo de su personaje, Ester explicó que “Cayetana” tiene reacciones y costumbres propias de la época en la que se desenvuelve la trama y por consiguiente no se parece en nada a ella: “No me identifico con nada, por suerte. No juzgo al personaje, de hecho fue muy divertido hacerlo, pero sí considero que está muy alejado de mí, no solo generacionalmente, también por sus características que probablemente son fruto de su generación, la educación y el entorno que tenía”.

“Cayetana” tiene 17 años y es parte de una familia de ultraderecha: “Formar parte de esa educación que era más machista que la de ahora, compuso las características sobre las que construí al personaje, que son dos bases: una de ellas es esta cosa como de mujer objeto, un florero que está ahí para adornar y agradar a los demás, que hace lo que se espera de ella y luego también está esta cosa egoísta y caprichosa que tiene y por la cual no mide las consecuencias de sus actos”, finaliza. 

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