El impuesto predial es una de las contribuciones municipales más importantes en México, ya que con esos recursos se financian servicios públicos como alumbrado, seguridad, recolección de basura y mantenimiento urbano. A pesar de ello, muchos propietarios retrasan o ignoran este pago, lo que puede generar diversas consecuencias legales y financieras.La primera consecuencia de no pagar el predial son los recargos por mora, que se calculan de manera mensual sobre el adeudo. Esto significa que, mientras más tiempo pase sin cubrir la obligación, mayor será la deuda acumulada.Además de los recargos, algunos municipios aplican multas económicas a quienes incumplen. Estas sanciones varían según el estado o localidad, pero en conjunto con los intereses pueden incrementar considerablemente el monto original.Si la deuda persiste por un periodo prolongado, el municipio tiene la facultad de iniciar un procedimiento administrativo de ejecución, lo que puede derivar en el embargo del inmueble o de otros bienes del contribuyente. En casos extremos, incluso se podría llegar a un remate del inmueble para saldar la deuda.Otro punto clave es que no se puede realizar la venta de un inmueble si no se tiene el predial al corriente. Al momento de escriturar, el notario solicita el comprobante de pago, por lo que cualquier atraso impide concluir la operación de compraventa.Algunos municipios suelen lanzar campañas de descuentos o condonación de recargos para incentivar a los ciudadanos a ponerse al corriente. Estas facilidades son temporales y representan una oportunidad para regularizar la situación antes de que las sanciones sean más severas.No pagar el predial en México puede traer serias complicaciones: desde intereses y multas hasta el embargo de bienes. La recomendación es cumplir puntualmente con esta obligación o aprovechar los programas de descuento que ofrecen los gobiernos locales para evitar problemas legales y financieros.