Miércoles, 17 de Abril 2024

Crecimiento del PIB mexicano, abajo del promedio de los últimos 35 años

Representa el costo de haber apostado todo al comercio internacional y desdeñado el fortalecimiento de las empresas nacionales.

Por: SUN

De no lograr una renegociación exitosa del TLCAN, la afectación oscilaría entre 1.5% y 2.5% del PIB, señalan analistas como Paul Krugman. EL INFORMADOR/Archivo

De no lograr una renegociación exitosa del TLCAN, la afectación oscilaría entre 1.5% y 2.5% del PIB, señalan analistas como Paul Krugman. EL INFORMADOR/Archivo

Las limitantes que México enfrenta para alcanzar mayor crecimiento son estructurales. El incremento del PIB durante los primeros tres trimestres de 2017 fue de solo 2.2%, inferior al promedio de los últimos 35 años e igualmente más bajo que lo registrado en las naciones emergentes del Pacífico asiático, las que poco a poco han desplazado a México de los mercados en Norteamérica.

Además, se tiene el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN): si México no logra a una negociación exitosa y al mismo tiempo implementa una estrategia de política económica enfocada a Fortalecer Productiva y Competitivamente su Mercado Interno, la economía nacional entrará en una etapa de mayor austeridad. Representa el costo de haber apostado todo al comercio internacional y desdeñado el fortalecimiento de las empresas nacionales.

¿De qué tamaño puede ser el daño? Los primeros análisis de grupos financieros y economistas como Paul Krugman indican que la afectación oscilaría entre 1.5% y 2.5% del PIB.

Dicho escenario se vinculará con el pendiente histórico que el modelo de apertura tiene con México. Durante los últimos 40 años, nuestros políticos encargados de la función pública prefieren referirse al crecimiento económico en tiempo futuro, de los beneficios que vendrán en algún momento, por ejemplo, al aprobarse las reformas estructurales.

¿Por qué lo hacen? Los modestos resultados alcanzados en la realidad son la razón, vivimos lo que Gabriel Zaid llamó “el cielo que nos tiene prometido el progreso, no acaba nunca de llegar”. 

Las promesas van y vienen, no solo en materia económica. Así se ha pasado de la Renovación Moral de la Sociedad a la implementación de medios para aliviar la carga de la deuda externa.

Bajo dicha visión se transitó de la crisis de 1982 a la de 1995, de la década perdida a la peor recesión desde 1929.

Nuevos tiempos de promesas se avecinan. No obstante, el margen para seguir fallando se ha terminado, la inestabilidad social y falta de seguridad que se vive en algunas regiones del país requiere de soluciones.

Ni el gasto público ni más tratados comerciales podrán lograr lo que debe obtenerse de un sistema productivo que crece a cinco por ciento.       

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