En la vida diaria muchas cosas son diferentes en Rusia respecto a México y a veces te sorprende cuando menos lo esperas.Servicios en estadios, aeropuertos, hospedajes, restaurantes y cuestiones culturales, que a más de uno han tomado desprevenido, son las cosas que poco a poco han ido aprendiendo muchos mexicanos en su sueño mundialista.Los servicios son buenos, pero hay cosas atípicas, sobre todo en los restaurantes. Debes empezar por acostumbrarte a que una mesera te regañe, sí, mesera, porque es muy difícil ver que un hombre sea el que te atienda.Cuando visiten Rusia que no les sorprenda que en cadenas internacionales de comida rápida les cobren la catsup o la mostaza, al parecer es una práctica común, hasta en los negocios de hamburguesas que hay por todo el mundo.Hablando de alimentos entremos a las bebidas, donde las cervezas son grandes, la mayoría de las locales en presentaciones de .750 ml o más y las abre fácil no se giran, sino se destapan tipo lata de atún.Pocos las acompañan con botana y menos con papas, tomando en cuenta que los sabores que más se ofertan son los de cebolla, champiñones y cangrejo. Lejos estamos de las típicas con limón y picante.En cuanto a hospedaje sorprenden dos cosas: los hoteles son difíciles de encontrar y el desayuno va a la puerta. Sí, en edificios viejos, en terceros o cuartos pisos, se encuentran muchos hoteles, donde los accesos a través de puertas comunes de madera hacen difícil el ser localizados, evidentemente también perjudicados por el idioma.Gabriel Tamayo/Enviado
