La rivalidad más añeja del balompié mexicano se respira y se siente en los bares de Guadalajara. Jerseys de Chivas y Atlas desfilan por Avenida Chapultepec. Se juega otro Clásico Tapatío, pero uno de Liguilla. Es la Ida de los Cuartos de Final del Clausura 2022. Aficionados portan con orgullo los colores de su equipo. Transmiten tensión. Tienen confianza en festejar la victoria contra el archirrival.Todas y todos se disponen a disfrutar de 90 minutos emocionantes de futbol. Se dirigen a los bares con la pareja, los amigos o la familia. Se dibujan sonrisas de nerviosismo. Se estrechan abrazos para unir fuerzas. Hay saludos al por mayor. No faltan las palmadas en la espalda. Y de repente emergen los cánticos. “Chivas rarara, Chivas rarara, Chivas rarara”, se escucha a lo lejos en uno de los bares de Avenida Chapultepec seguido de cinco segundos llenos de aplausos. El gerente de otro bar se percata de inmediato y saca a relucir sus colores. Se declara implícitamente rojinegro. Manda desconectar la música y a los pocos segundos se escucha el sonido del piano que es toda una tradición en el Estadio Jalisco. La afición rojinegra se anima y suelta la tensión con el grito de “¡Atlas!”.El Clásico Tapatío se respira dentro y fuera de los bares, pero la rivalidad se queda en la cancha, allá en el Estadio Akron, a más de 13 kilómetros de distancia, donde Chivas y Atlas protagonizan su noveno partido en la historia de las Liguillas de la Liga MX.Y por supuesto no podía faltar la tradición de atender a la clientela con el traje de lujo, con los colores de su equipo, con esa postal que los identifica como rojinegros y rojiblancos.En la cantina La Insurgente no fue la excepción. Portaron sus jerseys en el Clásico Tapatío de la temporada regular y el día de hoy lo volvieron a hacer. Meseras, meseros, cajeras, gerente y bartender vestían con orgullo sus pieles de Chivas y Atlas mientras ofrecían su servicio a las y los aficionados que se daban cita para disfrutar del partido.MF
