Viernes, 29 de Marzo 2024

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María Cristina Santana de Silva, tapatía de corazón

La columnista aborda la vida social de la ciudad a través de “Guadalajara en un llano”

Por: El Informador

María Cristina Santana de Silva ha hecho una tradición el compartir las costumbres de los tapatíos en distintos ámbitos sociales. EL INFORMADOR/E. Barrera

María Cristina Santana de Silva ha hecho una tradición el compartir las costumbres de los tapatíos en distintos ámbitos sociales. EL INFORMADOR/E. Barrera

Escribir sobre el acontecer de la vida tapatía ha sido una de las grandes pasiones de María Cristina Santana de Silva y a través de su columna editorial “Guadalajara en un llano”, ha reflejado por décadas las tradiciones y alegrías de las familias que enaltecen la identidad de los hogares tapatíos.

María Cristina recuerda con aprecio sus primeros pasos en EL INFORMADOR, de sus inquietudes por compartir los usos y costumbres de los tapatíos en diversos ámbitos sociales y recreativos. Siendo una joven aprendiz y con el talento a flor de piel, dio nacimiento a una de las columnas editoriales que, sin imaginarlo, se convertiría en una de las memorias de mayor arraigo en la metrópoli tapatía.

Fue en los años 60 cuando María Cristina Santana comenzó su relación con EL INFORMADOR, casa editorial que ha sido testigo del impacto que “Guadalajara en un llano” ha tenido no solo con los jaliscienses, pues a nivel nacional es por mucho uno de los referentes más fiables sobre el legado de los tapatíos y su evolución como una ciudad vanguardista.

“Don Jorge Álvarez del Castillo tiene un lugar especial en mi vida, siempre tuvo una actitud paternal conmigo, era muy lindo, su familia pasó a ser parte de la mía. Estoy muy agradecida porque EL INFORMADOR me ha ayudado mucho, principalmente en los momentos que he tenido penas muy grandes, porque sentarme a escribir me evade de los problemas que tenga”.

Desde pequeña María Cristina Santana de Silva manifestó una atracción por la escritura y la lectura, aspectos fundamentales que la han nutrido culturalmente para explorar la vida y tradición de Guadalajara desde lo social, intelectual y artístico, pues “Guadalajara en un llano” se consolidó como un espejo de los acontecimientos más relevantes de sus ciudadanos.

“Recuperé una máquina de escribir Olivetti que mi papá tenía guardada y así evolucioné en mis cuartillas. Ha sido un largo caminar, porque también he sido testigo de la evolución de EL INFORMADOR”, recuerda María Cristina Santana, quien motivada por el impacto y prestigio de esta casa editorial, decidió pulir su talento de manera profesional al estudiar periodismo para mantener la calidad informativa a la que siempre han estado acostumbrados los lectores de este diario.

“Por las mañanas dejaba a mis hijos en el colegio, me iba a la escuela en la Universidad Autónoma de Guadalajara y me tocó esa transición de imágenes de color en EL INFORMADOR, eso se convirtió en un atractivo muy fuerte para los lectores”.

El estilo directo y con alta carga cultural e histórica de María Cristina Santana de Silva en cada uno de sus párrafos, fue clave para que sus textos acapararan la atención en la ciudad, siempre haciendo referencia a las grandes personalidades y ciudadanos que progresivamente ponían a Guadalajara en la mira nacional.

“No soy ni muy melosa ni brusca en mi escritura, creo que siempre ha sido un término medio para que eso gustara sobre mi forma de escribir. En esos tiempos, en Guadalajara todos nos moríamos por salir publicados en esta casa editorial, yo recibía invitaciones al por mayor”.

Más allá de su estilo pulcro y siempre respetuoso, el prestigio de María Cristina Santana radicaba en su instinto por tener de primera mano cada uno de los detalles de la vida tapatía, si se trataba de una boda, ella era la primera en llegar a la recepción religiosa para captar el momento preciso en que la novia llegaba y así ofrecer crónicas completas.

La consagración

El prestigio y popularidad de María Cristina Santana en Guadalajara llegó hasta Ciudad de México, donde otro medio de información le solicitó ser corresponsal para compartir todo el acontecer tapatío en la capital del país, situación que serviría para finalmente bautizar a su afamada columna “Guadalajara en un llano”.

“Me propusieron ser corresponsal desde Guadalajara, acepté, pero nunca pensé en qué me diría Don Jorge Álvarez del Castillo, así que lo visité y le conté que ya había aceptado, solo se río y dijo que era una locura porque eran dos medios distintos, pero no me dijo que rechazara esa propuesta de ser corresponsal y así nació ‘Guadalajara en un llano’ para explicar lo que pasaba en mi ciudad, así pasaron los años”.

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