Google persigue a Moby Dick

GUADALAJARA, JALISCO (18/OCT/2012).-  El buscador más popular de la red rinde hoy homenaje a la obra literaria de Herman Melville, por medio de un doodle en el que el obsesivo capitán Ahab se enfrenta en la épica batalla que terminará con la vida de ambos, contra su enemigo, la ballena blanca Moby Dick.

Salpicado de alusiones obligadamente autobiográficas, ya que el mismo Melville se embarcó durante su juventud en una aventura marina que, en aquellos tiempos, siempre era peligrosa, tal vez con emociones pero definitivamente no para comodinos, Moby Dick es un viaje al mar más oscuro y profundo del alma humana, la persecución obsesiva de una venganza personal que llevará al abismo a Ahab, a Moby Dick, a toda la tripulación, exceptuando a Ismael, el narrador de la aventura, e incluso, a la misteriosa vida que parece dominar desde los maderos mismos en las entrañas del barco, el ballenero Pequod.

De el agua salada que exprimiría de sus ropas, Melville sacaría seguramente muchos de los pasajes que plasmaría en su libro inmortal. La amistad con un misterioso arponero, la obsesiva y enfermiza búsqueda de venganza de Ahab, la identificación de la ballena blanca con el mal absoluto, que analizando las páginas de la novela, sólo es una gran criatura que obedece a su natural derecho a seguir viviendo frente a quien le busca para beneficiarse comercializando lo que quede de su cuerpo físico. Un juicio inicial que hoy nos puede llevar a encontrar similitudes con quien bautiza a quienes no son sus similares con apodos tales como el eje del mal.

Aceptado como un clásico infaltable en toda biblioteca, Moby Dick no dio a su creador la fama merecida sino hasta años después de que, ignorado en su persona y en sus grandes méritos literarios, Melville viera la luz por última ocasión en 1891.

Hoy, a 161 años de que fuera publicado por primera ocasión, Moby Dick tiene un lugar merecido en la literatura universal como una obra plena de metáforas, de lecciones de vida, de valores humanos y hasta de reconocimiento al inconmensurable poder de una naturaleza que vive mas allá de nuestros alcances y es capaz de convivir con nosotros, de defenderse, de llevarnos al último destino como una forma última de demostrarnos lo absurdos de nuestros rencores y arrogantes aspiraciones a seguir sintiéndonos los seres supremos de la creación.

Un aplauso a Google, que en su doodle de hoy nos recuerda no solo un libro inmortal, sino, junto con Melville, nos mueve a considerar las limitaciones y los errores de nuestra vida misma.


EL INFORMADOR / ADRIÁN CASTAÑEDA FONSECA