Suplementos | Uno de los muchos tesoros que guardan las tierras potosinas para quienes las recorren Santa María del Río Este poblado es uno de los muchos tesoros que guardan las tierras potosinas para quienes las recorren Por: EL INFORMADOR 21 de junio de 2015 - 03:51 hs De ensueño. Un pequeño ejemplo del poblado de Santa María del Río. EL INFORMADOR / V. García GUADALAJARA, JALISCO (21/JUN/2015).- Entre los cerros potosinos: El Original, Cuate y Los Laureles, y las veras del río Santa María, se fue asentando un hermoso poblado que fue llamado “Santa María del Río”, fundado en 1592 por Alfonso de Santa María del Río, hijo del conquistador Juan de Santa María, los hermanos de Asís evangelizaron a los otomíes y a los guachichiles y, les enseñaron diversos oficios. De Jesús María, regresamos a la carretera, seguimos con dirección a Cerro Gordo. Fuimos degustando unas galletas de las amables hermanas de La Cruz, que fueron apoyadas por el padre Félix Rougier en sus inicios. Pasando el crucero de Laguna de San Vicente, viramos a la derecha en el ancho camino que va a Querétaro, bordeamos el cerro El Original y entramos a Santa María, donde nos hospedamos en el Hotel la Puesta del Sol. Cenamos unas ricas enchiladas verdes y unos espumeantes chocolates, que acompañamos con las prestigiadas campechanas de la Panadería Cuento Contigo, el comedor estaba rodeado de artesanías y el salón contiguo cobijaba muchas más, pues estábamos en un rincón de habilidosos artesanos, en los muros colgaban bonitas cruces taraceadas y en el salón miramos diversos muebles de madera, unos de complejas tallas. Los rebozos de Santa María son de fama internacional. A la mañana siguiente, luego de un suculento desayuno, nos dirigimos al primer cuadro del poblado. Cruzamos el legendario puente de arcos en medio punto y miramos el arrullador río. Luego se dejaron ver añejas fincas con vanos enmarcados por bizarras piedras, ventanas verticales de cuatro hojas y con forja, arriba gárgolas y sobrias cornisas, algunas fincas de dos niveles con románticos balcones, vimos uno corrido con saliente circular al centro. Caminamos a la parroquia y admiramos su fachada, la puerta fue rematada por cortes a 45º y entre ellos un medallón con cruz, enmarcada por dos columnas dóricas y estriadas por lado, entre ellas un nicho enconchado con santo. Sobre la cornisa, la ventana coral, las columnas se repiten, pero siendo salomónicas. Por remate, un nicho con la Virgen de la Asunción entre columnas dóricas, arriba posa una cruz patente y a cada lado hay una voluta, que liga con una cornisa curveada. Del lado izquierdo se levantó una torre de dos cuerpos, el primero de forma cuadrangular con dos vanos arqueados por cara, el segundo octagonal con un vano por cara, arropado por cúpula con linterna. En el lado opuesto se puso el reloj y arriba una espadaña de tres vanos. El interior es en cruz latina con cúpula alta en su crucero, de tambor octagonal, el recinto atesora un precioso Cristo de caña, sobre una cruz taraceada con hojas y flores. La parroquia formó parte del convento y data del siglo XVIII. Cruzamos la animada plaza, apreciamos un monumento de cuerpo completo, “Al hijo ilustre, Primo Feliciano Vázquez Rodríguez, humanista e historiador”, sombreado por tabachines y pinos. Después observamos la capilla de la Purísima, del convento franciscano, data del siglo XVII, su calle dividía el pueblo de arriba de otomíes y el de abajo, de guachichiles, “habiendo sido señalada con una espada por el protector de los indios el Capitán D. Juan Domínguez. 4 de Mayo de 1610”. La puerta dórica, la ventana coral vertical y por remate una barbicana curveada. Del costado izquierdo luce el campanario de dos cuerpos, el primero de planta cuadrada con un vano arqueado por cara y el segundo de planta octagonal, con cúpula y linterna. Enseguida miramos el marco de la Casa de Abasto, con hojas en su friso y a unos pasos nos detuvimos en La Casa Grande, atractiva edificación, que también fue conocida como, “La Casa del Mango”, edificada por Antonio Arias Rivera, una cruz de cantera lo ratifica con sus iníciales, A. A. R. En 1941 fue ocupada por el Seminario Menor Josefino y para 1970 se cambió a la capital del Estado y fue adquirida por Sofía Hernández de Gordoa. Temas San Luis Potosí Pasaporte Veredas Lee También KIVA Inversión inmobiliaria integral presenta Atriva, esencia viva Sociales: El Informador inicia una nueva etapa con la moderna imprenta "Doña Stella" IberoMedia Global realiza su primer Encuentro Empresarial Internacional Luis Munguía destaca resultados históricos en su primer informe de gobierno Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones