Jueves, 23 de Enero 2025
Suplementos | Prueba de manejo. Lincoln MKX

Para quienes ya tienen todo

Hay un momento en el que lo material sólo es útil si ayuda a lo espiritual

Por: EL INFORMADOR

Esta camioneta conserva la esencia de un buen Lincoln de antaño pero con modernidad. EL INFORMADOR /

Esta camioneta conserva la esencia de un buen Lincoln de antaño pero con modernidad. EL INFORMADOR /

GUADALAJARA, JALISCO (02/ENE/2016).- Cuando alcanzas un nivel en la vida en el que ya tienes todo lo material que necesitas, la búsqueda pasa a ser distinta. Lo que se quiere entonces es vivir lo más agradablemente posible. Una Lincoln MKX, por ejemplo, ayuda y mucho.

Salimos de Guadalajara con la ilusión de tener un par de días de una llamada “experiencia Lincoln”. La intención era vivenciar el ambiente al que está acostumbrado alguien que sabe perfectamente bien cómo consentirse. Por supuesto que el placer comienza al ver las líneas modernas, discretas y elegantes del mayor crossover de la marca estadounidense, que se volvió aún más exclusivo en el modelo 2016, con formas únicas por fuera y por dentro.

En la carretera íbamos a un ritmo tranquilo, pero cuando fue necesario rebasar, el motor V6 de 2.7 litros, bi-turbo, que pone 335 caballos de fuerza en las cuatro ruedas, mostró que para eso está, despegando con ganas y bombeando una buena dosis de adrenalina en nuestro cuerpo. La emoción ya había comenzado.

Poco más tarde, en una vía de tres carriles, veníamos muy tranquilos en el carril central cuando la imprudencia de un conductor de esos que no merece la licencia que probablemente traiga en la cartera, decidió salir de la izquierda y cruzar toda la arteria para alcanzar una salida del lado derecho. Esto nos obligó a probar los frenos de la MKX que respondieron con firmeza y buen tacto. Lo que pudo haber sido un accidente quedó sólo en el susto. Otra emoción en la cuenta del día.

Con la carretera en no muy buen estado, fue el turno de sentir la suspensión. No, ya no es como en la época del venerable Town Car, que nos aislaba del entorno para deleite de muchos, nosotros incluidos. Pero la MKX es un Lincoln y esto significa que el confort sigue siendo una de sus mayores fortalezas. Lo baches se perciben, pero no molestan y esto no se logra de la misma manera en la que los europeos lo hacen, hay algo indescriptiblemente distinto, un punto extra de suavidad, un milímetro más de confort que la hace única, que sólo un Lincoln en su orgullosa herencia norteamericana puede lograr.

Relajación absoluta

Poco menos de dos horas después llegamos a nuestro destino, un hotel en las montañas con vista relativamente lejana al lago de Chapala. Una buena caminada, una rica comida y al final de la tarde vino lo que entonces pensamos que sería la mejor parte del día: un rico masaje corporal.

El sol pintaba de dorado la superficie del lago, del mismo tono que teñía el color plata de nuestra MKX. Ambos se veían desde la sala de masaje, donde los aceites calientes, el aroma a incienso y las manos expertas de la masajista nos quitaban del cuerpo y la mente las huellas del estrés cotidiano que minutos antes parecían imborrables.

Una hora más tarde, ya con una sonrisa tranquila, caminamos en dirección al auto que nos llevaría a la cena en un buen restaurante cercano. Aún no estaba completamente oscuro pero se alcanzaba a ver que, simplemente por habernos acercado a más o menos dos metros de ella, la MKX nos daba la bienvenida prendiendo automáticamente sus leds delanteros y traseros e iluminando las manijas de sus cuatro puertas.

No fue necesario sacar la llave de la bolsa para abrir la puerta y cuando tocamos la manija, un tapete luminoso con el logotipo de Lincoln se proyectó en el piso, guiándonos hacia dentro de la camioneta. Ahí, abrimos el quemacocos para disfrutar el aire fresco. En la pantalla táctil elegimos algo de música de flautas que el sistema reprodujo vía Bluetooth desde nuestro celular. El momento de adrenalina había quedado atrás abriendo la puerta a la tranquilidad. El resto fue disfrutar el confort, el olor de la piel de los asientos y la comodidad que nos proporcionó todo el camino.

El regreso al día siguiente siguió en el mismo tono. El sonido firmado por Rebel reproducía con claridad cristalina los violines del Invierno, de Vivaldi. Nuestras mentes y cuerpos se sentían distintos, renovados, impregnados de una serenidad que sólo ese tipo de experiencias nos puede otorgar. Sí, mucho fue por el lago, el hotel, el Spa. Pero en otro auto los beneficios de esto se habrían acabado apenas saliéramos de la sala de masaje. En un Lincoln esto siguió hasta llegar a nuestras casas.

Sí, hay un momento en la vida en que lo material sólo es útil si ayuda al espíritu. La MKX lo fue.

Ficha Técnica
Motor Frontal longitudinal.
Cilindros V6; 2.7 litros.
Turbo compresor Sí.
Potencia 335 HP @ 5,500 rpm.
Torque 380 libras-pie @ 4,000 rpm.
Tracción Integral
Transmisión Automática de seis velocidades (6+R).
Suspensión
Delantera Independiente, con resortes helicoidales y barra estabilizadora.
Trasera Independiente, con resortes helicoidales y barra estabilizadora.
Frenos
Delanteros De discos sólidos, con ABS y EBD.
Traseros De discos sólidos, con ABS y EBD.
Dirección De piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.
Dimensiones (mm)
Largo 4,826
Ancho 2,187
Alto 1,681.5
Distancia entre ejes 2,849
Capacidad
Peso 2,017 kilogramos.
Tanque 70 litros.
Cajuela 1,053 litros.

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