Mitos sobre el embarazo

GUADALAJARA, JALISCO (04/ENE/2014).- En las culturas de Latinoamérica el tema de la maternidad es un tema “sagrado”; la mujer madre debe ser santa a lo Pedro Infante y el grueso de los esfuerzos informativos para dotarla de herramientas —en este caso de parte de los gobiernos o instancias de salud— se acercan al tema con la intención de evitar los abundantes casos de embarazos no deseados en las adolescentes. Pero nada más.

Efectivamente, toda mujer después de su primera menstruación puede tener hijos; sin embargo, esto no significa que sepa (porque nadie lo dice) los cambios verdaderos que sucederán en su cuerpo. Nadie le menciona sobre las trasformaciones en sus hábitos alimenticios y de sueño que tendrá que padecer . El cambio de ritmo corporal que no le permitirá realizar sus actividades con normalidad y los altibajos emocionales que deben atenderse, sobre todo, en el caso de que la mujer haya tenido episodios depresivos anteriores al embarazo.

Es una mentira que la mujer está perfectamente capacitada  para hacerse cargo, sin información y sin ayuda de su situación. “Las mujeres en México están determinadas por el rol de madre abnegada, desde niñas nos prepararon para eso”, señala la sicóloga social Margarita Fonseca. “Desde la infancia, vemos que nuestros juguetes tienen que ver con el hogar o con la maternidad”. Las mujeres se enfrentan a un descubrimiento propio de la experiencia y en el mejor de los panoramas a la cultura popular y familiar que van heredando de generación en generación.

Así pues existen dos clases de mitos: los femeninos y los sociales, estos últimos construidos por la modernidad frente a un modelo de madre cambiante; mujeres solteras, mujeres que trabajan, mujeres que se hacen cargo, mujeres independientes, etc. Y son precisamente hoy estas damas quienes buscan por sí mismas la información necesaria para tomar la decisión de embarazarse o no. Hay un interés real de saber a qué se enfrentarán, porque necesitan resolver no sólo su maternidad, si no toda la dinámica de vida.

“Si más gente hablara de lo que implica” dice Margarita Fonseca “y esto incluye lo emocional, lo económico, lo sicólogo y lo social, habría decisiones más responsables.

Si bien el embarazo es un proceso complicado para el cuerpo y la psique de la madre, la educación latina bajo el arquetipo de la maternidad nublan un cielo de posibilidades donde a lo único que se aspira es a asumir con responsabilidad un tema que cambiará la vida de la mujer, definirá el destino de un bebé y transformará a toda una comunidad.

La autora norteamericana Kaz Cooke escribió el texto “Embarazada, la guía indispensable para madres primerizas” -de Ediciones B-, que desarrolla una perspectiva contemporánea e hilarante, la publicación resulta un oasis en el desierto, así como “Vivir un embarazo consciente” de Cristian Vera Prado de MVP Editores.

MITOS FEMENINOS

1.- El embarazo es hermoso, la vida es de color de rosa. FALSO.

La realidad es que durante nueve meses el cuerpo de la futura madre experimentará  náuseas, dolor de espalda, cansancio, insomnio, aparición de estrías, antojos, cambios de humor: pasan de la depresión a la alegría.

2.- Si la panza crece para los lados será niña, si es para adelante será niño. FALSO. También es falsa la famosa prueba del péndulo.

3.- Si quieres comer fresas y no las comes, tu hijo nacerá con cara de fresa. FALSO.

4.- Si tienes agruras tu bebé tendrá mucho pelo. FALSO. Definitivamente no tiene nada que ver los problemas de dermis de la madre con la cabellera y vello del hijo.

5.- Debes comer por dos. FALSO. Lo ideal es que la madre sólo suba un kilo por cada mes de embarazo.

6.- La piel y el pelo se ponen divinos. FALSO. Debido a los cambios hormonales, hay cambios en la piel y en el cabello, pero no siempre es para mejorar. Muchas mujeres padecen resequedad o caída de cabello hasta después de tres meses de haber tenido su bebé.

MITOS SOCIALES

1.- Las mujeres tienen habilidades naturales para ser madres. FALSO. Este es un tema biológico solamente, diversos especialistas distinguen la maternidad de algo que llaman maternaje, este último se refiere a las labores de crianza y cuidado, dichas actividades pueden ser realizadas no solamente por la mujer, si no por el hombre también. El ejercicio de la maternidad, está fuertemente influido por la cultura.

2.- Las madres deben ser las responsables del cuidado de los hijos. FALSO. Y además injusto. Si el niño va bien en la escuela es responsabilidad de la madre y si va mal, es responsabilidad de la madre. La atribución directa de la “todología” de los hijos ha ocasionado que la madre tome decisiones fuera del arbitrio paternal y familiar, de ahí se deriva asuntos como la sobreprotecció –según el perfil establecido- de “buena” o “mala” madre.

3.- Es difícil combinar maternidad y trabajo. FALSO. Si bien hay mujeres “multitask” y que llegan a serlo con ayuda de sus propias madres (que ayudan con el bebé), cada día son más las mujeres que logran equilibrar su vida en esta dirección.

Que la multipista en la que viven muchas mujeres, no sea reconocida, es otra cosa, pero de que logran un equilibrio, lo logran. No sin sacrificio.

PREGUNTAS BÁSICAS

Recuerda que no eres una mala madre si cuestionas:

¿Por qué no es amable estar embarazada?

¿Por qué cambia el ritmo interno?

¿Se transformará mi relación de pareja?

¿Emocionalmente porque me siento diferente?

¿Volveré a ser la misma a nivel emocional?

¿Por qué es importante que alguien me ayude después del parto?

¿Viviré con la espalda cansada por siempre?

¿Por qué no puedo concentrarme?

¿Mi cuerpo volverá a ser el mismo?

¿Estamos las mujeres 100 por ciento diseñadas para soportar el dolor?

¿Debo tener más de un hijo?