Mensajes equivocados

GUADALAJARA, JALISCO (02/JUL/2013).- Debemos observarnos cuando hablamos. Es algo complicado, porque al hablar no nos damos cuenta cuántos mensajes emitimos y lo importante que es que no sean equivocados, pues causaríamos mucho daño a otras personas y a nosotros mismos.
 
 En ocasiones queremos parecer graciosos, pero causamos una impresión equivocada de la realidad. Al hablar debemos tener cuidado de ser concretos sobre lo que realmente queremos decir y responder a lo que se nos pregunta. Utilizar palabras sin sentido hace que las personas tengan una percepción equivocada de nosotros y de lo que hablamos.
 
 Por ejemplo, si en una conversación entre amigas una de ellas le pregunta a la otra "¿Cómo está tu esposo?", y la respuesta es "Se supone que trabajando"  o "Él dice que trabajando", podría cambiarse por una manera congruente y positiva de responder, como "Bien, gracias. Se encuentra trabajando".
 
 Igualmente, cuando conocemos a la esposa de un amigo y comentamos "Tu esposa es muy linda y muy simpática" y, en lugar de agradecer el comentario, la respuesta es "Lástima que no sabe cocinar".
 
 Es muy usual que esto suceda y no nos demos cuenta que estamos enviando un mensaje de desconfianza, de duda y sin sentido, pues no respondemos concretamente.
 
 Así como esto, debemos observar todos los comentarios equivocados que emitimos al hablar, así como lo mucho que perjudicamos con ellos.
 
 Y esto aplica para todas las áreas de nuestra vida: siempre debemos tener el respeto por lo que hablemos de alguien, sobre todo cuando la persona no se encuentre presente. De lo contrario, destruimos la imagen de una persona, y eso ya no se repone.
 
 También es probable que hagamos comentarios negativos hasta de nuestra propia persona para ser aceptados en un grupo de amigos o de nuevos compañeros de trabajo, pero no debemos contagiarnos de lo que otros hagan solo por sentirnos parte.
 
 Es bueno aceptar los elogios sin caer en el ego equivocado y, aunque cometemos errores por costumbre, sería una pena sin sentido no aceptar un lindo comentario sobre nuestro trabajo, arreglo personal o actitud. Solo recíbelo, agradécelo y, acéptalo, así es como las personas te ven.
 
 En la vida debemos tener madurez para decir "Me equivoqué", la osadía para decir "Perdóname", la sensibilidad para expresar "Te necesito" y la capacidad de decir "Te amo".
 
 Fuente: www.hoyrevista.com
 
 EL INFORMADOR / ROBERTO CONTRERAS