Suplementos | Lugares de conciertos y tocadas de ayer... la nostalgia no se acaba Memorias eléctricas Lugares de conciertos y tocadas de ayer... la nostalgia no se acaba Por: EL INFORMADOR 7 de septiembre de 2014 - 00:33 hs El Roxy fue el club que más heroicamente se arriesgó por el rock en Guadalajara. / GUADALAJARA, JALISCO (07/SEP/2014).- Aunque perviven los conciertos más o menos subterráneos en la ciudad, para quienes tuvimos que apretujarnos en salones sin acondicionar, así como en cocheras, parques, bodegas y hasta casas particulares para escuchar rock hace 25 años, es obvio que la situación ha cambiado. Ahora consigue uno sus boletos en taquillas automatizadas, dispuestas a lo largo de la urbe, y se arrana a escuchar los gorgoritos de toda clase de “estrellas internacionales” (término, lo acepto, que ha caído en desuso desde que se le puede aplicar lo mismo a Led Zeppelin que a Maná) en auditorios con butacas numeradas y hasta puede comprar palomitas (o un whisky doble) para distraer la espera. No quiero idealizar el pasado pero se socializa más compartiendo una caguama, la verdad. Claro: a cierta edad uno va a butaca numerada o no se para en un concierto porque amanece paralítico. A esa edad la llamamos vejez. Fueron tiempo épicos. Soda Stereo tocó, a mediados de los años ochenta, en la pista de patinaje del hotel entonces llamado Hyatt y acabó todo en un charco de lodo, porque el hielo se derritió y milagro que no hubiera electrocutados. Afuera de una tocada de Mano Negra en el legendario Roxy hubo guantazos (y allí mismo, tiempo después, un incidente con gas lacrimógeno o algo así que obligó a cancelar una presentación de Santa Sabina). En el casino de Las Vías vi un pleito con sangre por primera vez en la vida, regada generosamente en las caras y puños de dos punks que se dieron de trompadas por disentir sobre los motivos (y la conveniencia) del asesinato de Trotski… Incluso ese yunque zaragozano que es Bunbury, a quien no se puede acusar precisamente de violento, le puso sal a la historia de los conciertos locales descontándose de un microfonazo a un tipo que no lo dejaba cantar en paz. Y cómo olvidar las perpetuas clausuras del Ayuntamiento que perseguían a lo largo de sus actuaciones a los inmortales Sedición (la mitad de cuyo público estaba conformado por nosotros, adolescentes con botas industriales y camisetas rotas, listos para dar “portazo” y colarnos sin pagar, y la otra mitad por inspectores municipales, listos para echar los sellos de “Cerrado” a la menor provocación). Parece difícil de creer pero, hasta hace cinco minutos, las autoridades políticas y policiacas del Estado eran los últimos seres sobre la superficie del planeta que pensaban que, de verdad, el rock es satánico y la llave para la disolución social (incluso los fans más obcecados del género nos desencantamos de sus alcances subversivos un poco antes, la verdad). El Roxy, que fue el club que más heroicamente se arriesgó por el rock en Guadalajara, fue asesinado por la persecución municipal. Luego vino la era (breve y rarísima) del Hard Rock, local que parecía una imitación limpia (y mucho menos interesante) y que murió repentinamente, en la oscuridad. Tiempo después, el Foro Alterno, la Calle 2, el Teatro-Estudio, el Diana, la VFG y el Auditorio vinieron a inaugurar la era de la civilidad y hasta de la butaca numerada. El día que un acomodador con traje negro, micrófono con diadema y lamparita láser me llevó a la primera fila del Auditorio para ver a los Pixies (un amigo ya difunto y yo llegamos a tener en pie la apuesta de que los dichosos Pixies reinaugurarían un día el Roxy) envejecí 40 años de golpe. Cuando vi a Dead Can Dance en el Diana, hace un par de años, me sentía en la junta de padres de familia de un colegio progresista. Pero mis huesos ya no dan para más. Temas Tapatío Antonio Ortuño Lee También Chivas Femenil, a una victoria de asegurar su lugar en Liguilla KIVA Inversión inmobiliaria integral presenta Atriva, esencia viva Sociales: Nice de México celebra su 29 aniversario El río Lerma: un pasado majestuoso, un presente letal Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones