Suplementos | No fue hasta la creación de portentosos barcos que los viajes largos fueron posibles La Carabela de Puerto Vallarta No fue hasta la creación de portentosos barcos que los viajes por largas distancias fueron posibles Por: EL INFORMADOR 7 de septiembre de 2014 - 00:18 hs Una de las carabelas de Cristobal Colón festeja la epopeya de la búsqueda de lo que se creía imposible. / GUADALAJARA, JALISCO (07/SEP/2014).- Ciertamente es muy curioso ver una carabela del Siglo XVI navegando por la Bahía de Banderas, mientras tranquilamente damos cuenta de un coco con vodka, sin saber que aquella embarcación —tristemente llamada El Barco Pirata— es una fiel y valiosa copia de la Nao Santa María de Cristóbal Colón, que fue construida celosamente en los astilleros de Alvarado en Veracruz durante aquellos cinco largos y tortuosos años del 1982 al 1987 cuando nuestro país trataba de surgir de las devaluaciones y las falsedades. Al finalizar este periodo fue que la bellísima “copia original” de la Marigalante, llegó triunfante al puerto de Veracruz para de ahí iniciar su viaje a España bajo el lema de “el hombre, la mar y la paz”, tratando de rehacer —ahora en sentido contrario— el fatídico viaje en donde, comandada por el mismo Colón, por descuido y negligencia terminó sus días encallada entre los corales de la isla Española (Santo Domingo). La existencia de este magnífico navío que ahora vemos, se lo debemos a un insigne marino, romántico, visionario, apasionado y —al igual que Colón— buen vendedor de sueños, y sencillamente ejemplar, llamado Vital Alsar. Vital nació en Santander —Cantabria en España— y es un personaje —actualmente de 81 años— que aún lleno de ilusiones vive en el puerto de Veracruz, imaginando nuevas aventuras y logrando cosas inusitadas. La paz en el mundo es su más querida utopía. Este personaje (al quien no tengo la dicha de conocer) me hizo recordar a Mijail Bakunin: aquel viajero, filósofo y aventurero que decía que ”En la búsqueda de lo imposible el hombre siempre ha logrado lo posible; y aquellos que sabiamente se han limitado a lo que creían posible… jamás han dado un paso adelante”. Vital ha dado pasos sorprendentes (entre otros esta magnífica carabela) que son muy dignos de dar a conocer y festejar. No una ¡si no tres veces! repitió la famosa travesía de la Kon Tiki de Thor Heyerdal, con la que se pretendía demostrar la posibilidad que los asiáticos hubiesen navegando hasta el continente americano (o viceversa). Vital Alsar en una balsa navegó desde Ecuador no solo a la Polinesia, sino hasta la misma Australia, habiéndolo repetido en varias ocasiones, no solo con una, sino con tres balsas a la vez, demostrando con esto la posibilidad de pudo haber habido una migración colectiva. Además, en Veracruz logró hacer tres carabelas más, para tratar de emular los viajes del ejemplar vendedor aventurero y publi-relacionista de misterioso origen llamado Cristóbal Colón; quien habiendo escuchado, sospechado, estudiado y conjeturado en pláticas de los marinos que le rodeaban, logró hacer el viaje en el que se le atribuye haber “descubierto” un nuevo continente, del que nunca tuvo la menor idea de su existencia, y que —irónicamente— tampoco lleva su nombre: América. La inquietud de Vital Alsar por “volver a la vida” las hazañas de Colón y la Marigalante, le hicieron emprender la nueva aventura de construir una fiel copia de dicha “Nao” (un poco más grande que la carabela) para, renaciendo la historia, regresar la nave a su lugar de origen; pagarle a Juan de la Cosa su embarcación; y a Rodrigo de Triana lo que había sido prometido para el primero que divisara tierra. Misiones que, agregándole un romance histórico a sus objetivos de paz y de cultura, hicieron que galantemente volviera a aparecer la famosa Nao de 32 metros de eslora y 11 de manga, que originalmente se llamaba “La Gallega”, más tarde “Marigalante” y finalmente “La Santa María”. Los empeños de Alsar, unidos al profesionalismo de Oscar Camarero su celoso constructor, y la pasión de Juan Manuel Díaz Rubio el romántico empresario yucateco, pudieron hacer esta joya fuera una realidad flotante que viajó a Europa y a Japón en misiones culturales y de paz; y que ahora —con su hermosa sirenita del mascarón de proa con lágrimas en los ojos— se le ve surcando las aguas de Puerto Vallarta cumpliendo tareas muy ajenas a los nobles ideales para los que fue construida. Temas Turismo Puerto Vallarta Pasaporte De viajes y aventuras Lee También Puerto Vallarta es reconocida como la mejor ciudad pequeña de Latinoamérica Agencias de viaje en Jalisco ofrecen descuentos para adultos mayores con Inapam Levantan Puesto de Mando en Puerto Vallarta, pero mantienen bandera roja Lluvia regresa a Puerto Vallarta tras el alto oleaje que dejó "Priscilla" Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones