Suplementos | Los resultados del domingo pasado trastocan el mapa político de Jalisco Jalisco ante el espejo nacional Los sorprendentes resultados electorales del domingo pasado trastocan el mapa político de Jalisco rumbo a las elecciones presidenciales del año 2018 Por: EL INFORMADOR 12 de junio de 2016 - 00:25 hs Los vientos cambian y otorgan segundas oportunidades. EL INFORMADOR / S. Mora GUADALAJARA, JALISCO (12/JUN/2016).- Escribió el viejo Marx, ante las certezas del mundo moderno: “todo lo sólido se desvanece en el aire”. Pocas frases son tan útiles para explicar la coyuntura política. Los vientos cambian y otorgan segundas oportunidades, empujan a otros hacia la irrelevancia y sacuden aquello que parecía inevitable. La elección de 2016, más allá de los resultados concretos en los estados, modificó el panorama político desde lo simbólico. Como maestro del “spin”, el voto sacudió las entrañas mismas de las narrativas que sepultaban al PAN como opción de Gobierno; que asumían a la fragmentación como la única válvula de escape del priismo; que identificaban a Morena como la única fuerza capaz de atraer el voto del coraje, y que asumían al PRD como una especie en peligro de extinción. Sería irresponsable afirmar que no hay algo de cierto en cada una de estas explicaciones, sin embargo tampoco podemos evitar señalar que el mapa político mexicano se ha vuelto más complejo, escurridizo e incierto, tras los comicios locales del domingo pasado. Jalisco no escapa de este reacomodo político. Coyunturas que pasaban a segundo plano, o certezas que se tomaban como indebatibles, ahora tienen que ser repensadas. ¿Con quién debe pactar Enrique Alfaro en 2018: El “Bronco”, Andrés Manuel López Obrador o Margarita Zavala? ¿Qué significa para el tricolor el primer golpe electoral contra el secretario de elecciones del PRI nacional, Arturo Zamora? ¿El PAN Jalisco podrá levantarse de su extenso letargo de siete años tras el impulso electoral que encabezó Ricardo Anaya? ¿Con quién va a pactar el PRD, volverá a los brazos del PAN como ocurrió en 2015 o servirá como apéndice del PRI para detener a Alfaro? ¿Es posible que veamos un independiente con peso aspirando a Casa Jalisco? Alfaro deshoja la margarita El alcalde de Guadalajara tiene una certeza: Andrés Manuel López Obrador le resta puntos a su candidatura a la gubernatura en 2018. Alfaro definió, hace algún tiempo, al tabasqueño como “el líder social más importante de México”. Sin embargo, Guadalajara no es la Ciudad de México, ni tampoco Veracruz. El rechazo a López Obrador, particularmente en la Zona Metropolitana de Guadalajara, ha quedado de manifiesto desde 2006. Paradójicamente, Alfaro tiene en los segmentos de clases medias urbanas, altas y bajas, su reserva más importante de apoyo electoral de cara a 2018. Acordar con el ex jefe de Gobierno del DF, al día de hoy, parece más un acto de suicidio político que de astucia electoral. Sin embargo, la coyuntura política nacional tampoco le ofrece un escenario óptimo al alcalde de Guadalajara. Pactar con el “Bronco” significaría asumir los costos políticos de un Gobierno que naufraga por todos lados. El propio Jaime Rodríguez, en entrevista con El Universal, fue rotundo al decir que “iba sólo y sin ninguna alianza”. Una coyuntura similar supone Miguel Ángel Mancera, con quien se ha reunido en un par de ocasiones de forma pública, y que tampoco representa el ícono de un Gobierno con resultados. El actual jefe capitalino podría enterrar 21 años de dominio perredista en la Ciudad de México. Por último, aparece el nombre de Margarita Zavala. La ex primera dama tiene su atractivo entre las clases medias tapatías. Y a nadie sorprenderá si asevero que ya hay políticos, tanto en MC como en el PAN, que consideran que el alcalde de Guadalajara debería optar por acordar directamente con Zavala. Lo cierto es que a medida que pase el tiempo, aumentará la presión para que Enrique Alfaro elija un compañero de viaje rumbo a 2018. Cada apuesta tiene su riesgo. El PRI y Zamora Suena exagerado pensar que Arturo Zamora es el responsable de la debacle del tricolor en 2016. Es cierto, al ser el secretario electoral y mantener una cercana relación con Manlio Fabio Beltrones, Zamora queda tocado políticamente, por primera vez desde que perdió la gubernatura en 2016. Sin embargo, al día de hoy, por más sacudido que se encuentre el senador, el tricolor no tiene un precandidato a la gubernatura con su nivel de conocimiento y su experiencia. Eduardo Almaguer, Miguel Castro o Francisco Ayón, con agendas mediáticas, están lejos de poder competir a nivel Jalisco. Zamora carga con una parte de la derrota, pero dificilmente podremos afirmar que 2016 reduce sus posibilidades de ser el candidato del PRI en 2018. Nominación que aún no convence del todo al actual senador. Lo que sí resulta evidente es que se acorta el margen tan extenso de maniobra política que tenía Zamora. La derrota de Manlio, que desde mi punto de vista es sobre todo la caída de los gobernadores corruptos y de un proyecto presidencial claramente impopular, también diluye un cierto consenso que se había construido en torno a la candidatura de Zamora. Temporalmente, pero se abre la baraja y más de algún priista se apuntará a pelearle la candidatura al actual senador. Asimismo, tras las ocho alternancias de 2016, el gobernador Aristóteles Sandoval recibe un mensaje claro: tiene 18 meses para definir si será un activo o un pasivo del PRI en la elección de 2018. El PAN y la euforia “anayista” El Partido Acción Nacional (PAN) fue el ganador inesperado. La victoria blanquiazul, que ha capitalizado personalmente el presidente Ricardo Anaya, sacudió el tablero político al interior de ese partido. Ahora, la opinión publicada ya no ve tan improbable que el queretano le dispute a Zavala la candidatura presidencial. Es cierto, la estrategia de Anaya de aparecer en múltiples spots, al estilo AMLO, puso al dirigente en el centro de la campaña, particularmente en Veracruz, la “joya de la corona”. Jalisco es un Estado claramente alineado, desde su Comité Directivo Estatal, con Anaya. Sin embargo, personajes como Alberto Cárdenas o Alfonso Petersen han manifestado su simpatía con el proyecto de Margarita Zavala. El PAN está definiendo su ruta hacia 2018. Todo indica que apostarán por un externo al partido y buscarán volverse a posicionar con pasos firmes en el segmento más conservador del voto jalisciense. Veremos en las siguientes semanas, aunque la estrategia no convenza del todo al dirigente blanquiazul, Miguel Ángel Martínez Espinoza, que existe una presión de algunos pesos pesados del PAN de volverse a colocar como la opción de derecha de cara a 2018. Principalmente, porque MC ha tenido que buscar el centro político en esos temas, para no vulnerar la transversalidad de su electorado. Lo paradójico para Acción Nacional es que el buen momento que vive el partido a nivel nacional dificilmente será capitalizable en Jalisco debido a que MC es hegemónico ya en el votante antipriista y el desgaste de las últimas administraciones dejó al PAN con una crisis muy importante de credibilidad, particularmente entre el votante urbano. No descartemos, tampoco, que el PAN busque coaliciones complejas, incluso que vuelva a tocar la puerta de MC. Tampoco el PRD, como coaligado, se puede descartar. Lo que queda del PRD El PRD en Jalisco se juega su supervivencia en 2018. Es la primera vez que se enfrenta al riesgo real de desaparecer del mapa político. El PRD en Jalisco siempre ha tenido “dos almas”, el dominio del grupo de la UdeG y, por lo tanto, un instrumento político para fortalecer los intereses de dicho grupo, pero al mismo tiempo una serie de alianzas y acuerdos con actores nacionales, en particular con los “Chuchos”. Esa es la gran disyuntiva a la que se enfrenta el PRD: ¿A qué jugará en 2018? ¿A replicar la estrategia que provenga de la capital o tomar una ruta propia, coincida o no con la que se acuerde a nivel nacional? No me queda duda que el PRD acudirá en coalición a los próximos comicios. Veo más que improbable que la alianza se constituya en torno a MC, y al proyecto alfarista. Sin embargo, el PRD Jalisco podría encontrar fórmulas de candidatura común en municipios del interior del Estado, de los que depende para salvar las prerrogativas, con el PAN. Tampoco descartar que el PRD acuda a los brazos de AMLO y apuesten por encontrar canales de entendimiento a nivel local con Morena. Esta última alianza, no gusta nada en la Ciudad de México, pero es del agrado de algunos priistas para lastimar a una parte del posible electorado progresista de MC. El tablero político de Jalisco no puede quedar al margen del contexto nacional. Los resultados de 2018 aceleran dos procesos que serán fundamentales en la pelea por la gubernatura: la decisión nacional de Enrique Alfaro; es decir, con quién hará fórmula en 2018, y en segundo lugar, se abre el juego en el PRI ante la debilidad coyuntural de Arturo Zamora. Si aprendemos de la experiencia de las 12 entidades que pusieron la silla de gobernador a disputa, lo que podemos decir es que el partido en el Gobierno tendrá serias dificultades para mantener la silla de gobernador -el voto de castigo, desde 2015, es bestial-, la corrupción encabeza buena parte de los debates electorales y tendremos un proceso político profundamente polarizado, en donde las campañas negativas jugarán un papel central. Jalisco será clave en el mapa político de 2018, y los candidatos presidenciales saben que aquí se juegan buena parte de sus posibilidades de alcanzar la silla presidencial. Temas Tapatío Enrique Toussaint Orendain Lee También Sociales: André e Isabella reciben la Primera Comunión en familia Sociales: El Informador inicia una nueva etapa con la moderna imprenta "Doña Stella" Sociales: Nice de México celebra su 29 aniversario El río Lerma: un pasado majestuoso, un presente letal Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones