En contacto con la naturaleza

GUADALAJARA, JALISCO (13/ENE/2013).- El lugar perfecto para los amantes de la diversión y el ecoturismo se encuentra enclavado en la Sierra Madre Oriental. Se trata de la Huasteca Potosina, un espacio que se deja querer por sus paisajes entre el cielo azul, las montañas, el agua cristalina y ese sentimiento de libertad y aventura en constante contacto con la naturaleza.

La Huasteca es una amplia zona que abarca el Estado de San Luis Potosí, en municipios como Ciudad Valles, Xilitla, Tamazunchale y Taquín, entre otra media decena de alcaldías, así como otras Entidades: desde el Sur de Tamaulipas y el Norte de Veracruz, hasta Hidalgo, Querétaro y Puebla, compartiendo una misma característica: la riqueza natural.

Aquí, lo más importante es llegar con ganas de divertirse y conocer a fondo una de las riquezas culturales y naturales más abundantes de nuestro país; claro, con la conciencia de dejar el mundo mejor que como lo encontramos, muy al estilo del pensamiento del escultismo.

Hora de la aventura

Prácticamente cualquier época del año es buena para visitar esta región, excepto en el temporal de lluvias. Incluso, en algunas épocas del año la temperatura alcanza los 40 grados centígrados, como en Temasopo, considerado el corazón de la Sierra Madre Oriental. Parece un clima agobiante, pero en realidad forma parte del escenario donde la ropa ligera y cómoda, así como tenis, traje de baño, rompe-vientos y hasta el sleeping bag, son elementos indispensables para pasar un día entero disfrutando de las aventuras que se ofrecen.

Las expediciones turísticas en la Huasteca Potosina se realizan con visitas guiadas, ecoturismo y rappel. Por ejemplo, el Río Tampaon cuenta con la dosis de adrenalina necesaria para los que quieren iniciarse en deportes de riesgo como el rafting. Quienes se atreven a cruzar estos rápidos de 15 kilómetros de longitud –en algunos tramos el cauce es de 300 metros de ancho– no necesitan experiencia previa, de hecho, pueden asistir niños mayores de ocho años de edad, y en equipos de hasta seis personas por balsa, para dedicar un día sólo a esta experiencia en medio de aguas transparentes y rocas calizas.

Otro espectacular escenario natural es la multicolor Cascada de Tamul, que se eleva a más de 105 metros, lo que la convierte en la caída de agua más alta de San Luis Potosí. En los alrededores, la fauna cohabita entre cocodrilos, ocelotes, venados y coyotes, que se dejan ver de forma tímida a los ojos de los visitantes mientras atraviesa la vegetación.

La región más importante de la Huasteca se encuentra en Ciudad Valles, en donde el turista encontrará  todo tipo de servicios, como hoteles y restaurantes, ideal para descansar y recargar pilas para que al día siguiente emprenda una nueva aventura.

Uno de los lugares que puede visitar, más allá  de la aventura, es “el lugar donde hace remolino el agua”, el santuario Tamohi. Este lugar fértil en exploraciones, es cuna de importantes vestigios de los antiguos habitantes huastecos, en donde se encuentran trabajos de alfarería y joyería, así como construcciones mesoamericanas que datan del año 1300 (d.C.) y las cuales cuentan muy poco sobre el pasado de quienes la habitaron.

De lo espectacular a lo raro

Otros sitios que se recomienda visitar en esta zona son el Castillo de sir Edward  James, de complejas estructuras estilo gótico y egipcio, pero con elementos poco funcionales como arcos invertidos y escaleras que no llevan a ningún lado.

El “Sótano de las Golondrinas”, donde no habitan golondrinas, sino una especie de vencejos junto con los cotorros de cueva, es un abismo natural con caída libre de 372 metros y cuyo interior de forma cónica convierte a esta cueva en la segunda más profunda de México y la número 11 en el mundo. Un espectáculo aparte, es ver la salida de miles de aves que hacen su recorrido en círculos, para gradualmente llegar al cielo y volar más de 100 kilómetros hacia las costas de Veracruz en busca de alimento.

Por último, está la visita al Puente de Dios, formado por la erosión del agua a través de un cerro que con el tiempo se transformó en un puente natural, demostrando lo increíble y poderosa que puede ser la madre Naturaleza.

Todos estos lugares forman una pequeña parte de la gran región huasteca, con sitios insospechados y algunos otros de indescriptible belleza e imponente tamaño, pero sobre todo, que están al alcance de cualquier aventurero.

TOMA NOTA

Vísitalo

Para llegar a la Huasteca Potosina se toma la carretera número 70 (hacia Río Verde-Ciudad Valles) que conecta desde la ciudad de San Luis Potosí, a 265 kilómetros. Conforme sale de la mancha urbana, encontrará un árido camino, pero llegará a un punto donde la vegetación y frescura del ambiente son la “punta del iceberg” de esta región.