El segundo esplendor de Real de Catorce

GUADALAJARA, JALISCO (03/NOV/2013).- Real de Catorce es un destino imprescindible en la lista de todo aquel que quiera conocer los mayores atractivos turísticos del país. Pueblo Mágico y pueblo fantasma a la vez, originalmente fue un pujante centro minero en medio del desierto. Hoy, su esplendor ha renacido gracias a su hermosa arquitectura colonial, entre minas, cuevas, calles empedradas, antiguas casonas y la Parroquia de la Purísima Concepción, así como por el valor espiritual que tiene desde distintas visiones.

El lugar está ubicado en el municipio de Catorce, en San Luis Potosí, en el corazón de la sierra que lleva por nombre ese mismo número. Su historia data de 1779, cuando se estableció el Real de Minas de Nuestra Señora de la Limpia Concepción de Guadalupe de los Álamos de Catorce. En ese sitio se descubrieron vetas de plata, lo que provocó que una multitud de mineros y aventureros llegaran al lugar.

Conforme fue siendo explotado y se agotaron los yacimientos, el Real comenzó a despoblarse rumbo a principios del siglo XX, llegando a 250 habitantes. De ahí su fama de pueblo fantasma, aunque de acuerdo con el último Censo Nacional de Población y Vivienda, tiene cerca de mil 400 pobladores.

El trazo arquitectónico y otros deleites

Para disfrutar de su arquitectura, primero hay que empezar por la parroquia, donde hay una imagen para venerar a San Francisco de Asís —el santo patrono del pueblo— cuyas fiestas se realizan a principios de octubre, atrayendo a miles de feligreses. Lo siguiente en la lista es un recorrido por el cementerio donde se encuentra la Capilla del Descanso, edificada por los franciscanos en la época colonial.

Otro punto obligado, en sentido literal, es el Túnel de Ogarrio, inaugurado en 1901 y con una extensión de 2.3 kilómetros de largo. Debido a su complicada geografía, éste es el acceso principal al pueblo, por lo que hay que recorrerlo para llegar. En suma, constituye la última gran construcción antes del declive económico.

Para las distintas actividades culturales que se llevan a cabo en el sitio, como la reciente celebración del Quinto Festival de Jazz Real de Catorce o el Festival del Desierto, hay una plaza de toros y un palenque de cantera rosa, este último con 150 años de antigüedad. No obstante, estos edificios también merecen ser admirados sin que haya un espectáculo de por medio.

Los recorridos por el desierto de la Sierra de Catorce y las visitas a la antigua estación de ferrocarril son dos actividades indispensables para los que quieran adentrarse en las entrañas del Real. Muchos turistas optan por rentar una de las camionetas tipo jeep conocidas como “Willys”, un curioso tipo de van norteamericana fabricada durante la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos.

Además del excursionismo, también hay otras opciones deportivas como el rappel, el ciclismo de montaña y paseos a caballo.

Real de Catorce forma parte del territorio sagrado de la Ruta Wirikuta, una peregrinación wixárika de gran significado espiritual, la cual también se extiende por los estados de Jalisco, Nayarit, Durango y Zacatecas. Wirikuta es la única reserva ecológica, histórica y cultural de México. El Cerro del Quemado, ubicado a una hora de Real, es el destino final de la travesía que cada año emprenden los huicholes; en su superficie pueden encontrarse gran cantidad de especies de arbustos y cactáceas, como el peyote, una planta con valor sagrado para estos indígenas, quienes utilizan sus propiedades alucinógenas para entrar en contacto con los dioses en lo que creen.

Si planea visitar Real de Catorce, lo aconsejable es que reserve con anticipación, ya que los hoteles suelen ocuparse en su totalidad en temporada alta.

Saber más

La cama

Corral del Conde, con habitaciones desde los 850 pesos por noche.

El ángel y el corazón, con cuartos desde 850 pesos.

El Real, con tarifas desde 770 pesos.

Mesón de la Abundancia, que tiene habitaciones desde mil pesos.

Mina Real, que cuesta desde 850 pesos en temporada baja.

¿Cómo llegar?

En autobús primero hay que llegar a San Luis Potosí y de ahí tomar otro transporte hacia Real de Catorce. En automóvil es la misma historia: se hacen unas cuatro horas a San Luis y luego un par de horas más para ingresar al poblado.