Suplementos | La Feria del Cartón y el Juguete llega al Parque Morelos Dulce tradición Al Parque Morelos llegan familias de varios estados de la República para dar vida a la Feria del Cartón y el Juguete. Aquí algunas historias Por: EL INFORMADOR 27 de octubre de 2013 - 01:50 hs Desde el 15 de octubre y hasta el 15 de noviembre, se levantan puestos donde se venden desde dulces hasta disfraces. / GUADALAJARA, JALISCO (27/OCT/2013).- Calaveras de dulce y chocolate, títeres, muñecas de cartón, camiones de madera, gorditas de nata y pan de muerto… no hay otra época en el año en la que el Parque Morelos luzca tan colorido y sabroso. Don Ángel Castellanos Rodríguez Hernández tiene más de 25 años formando parte de la Feria del Cartón y el Juguete. Ahí está, en su puesto de tortas ahogadas, cuando se refiere a él los ojos le brillan y no puede ocultar el cariño que le tiene “¡y cómo no! Ya somos la tercera generación que trabajamos aquí”. Desde su puesto de tortas, don Ángel reconoce que esta feria ha logrado sobrevivir porque los mismos jaliscienses no han dejado de ser fieles a la tradición del Día de Muertos, son más de 50 años de promover la cultura, de mantener vigente el arraigo y “cariño” en torno a la muerte, dice. La mayoría de las 150 familias que ahora se instalaron en el Parque Morelos son de Jalisco, principalmente de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Pero también hay familias de Celaya, Guanajuato, ellos traen juguetes de cartón; algunas artesanías de madera como baleros, trompos, futbolitos y llaveros llegan de Michoacán y Querétaro, aunque también de Teocaltiche. Quienes cocinan el pan son originarios de Tlaxcala, y por supuesto, hay familias que llegaron desde el Estado de México, que venden un poco de todo. “La mayoría son artesanos. Esta tradición también es propiciada por nuestro líder Antonio Álvarez Esparza que pertenece a la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) y se ha preocupado mucho porque estos valores tradicionales no mueran, porque la verdad es que nuestros juguetes son muy bonitos y psicomotores, porque enrollamos el trompo, el yoyo, jugamos con el balero”, explica don Ángel, quien es promotor de la feria. Los productos de cartón, dulce y madera son, en su mayoría hechos en México, pero no es sorprender que haya artículos chinos, o encontrar máscaras o disfraces de vampiros, las brujas y hombres lobo para Halloween, pero don Ángel lo toma con mesura. “Esos nuevos juguetes y las muñecas esas del Halloween les enseñan otras cosas más sangrientas a los niños. La autoridad sólo nos da permiso de vender lo que es de la tradición mexicana, hay compañeros que por su propio riesgo los sacan a vender (este tipo de artículos) por lo menos para recuperar la inversión”. Desde el 15 de octubre y hasta el 15 de noviembre venden calaveritas de azúcar, alfeñique, amaranto, chocolate, barro y yeso de varios tamaños. También, cascos, marionetas y caballitos de madera, así como juguetes de lámina, resorteras, cocinitas integrales y recámaras en miniatura, claro, y las siempre seductoras e imponentes catrinas. “Los precios son al alcance de todos, hay muchos que se reducen porque nosotros mismos somos fabricantes. Hay gente de restaurantes que vienen y nos compran porque también nuestros artículos sirven para la decoración. Y también se hacen excursiones, vienen niños de preescolar, primaria y secundaria”. La venta de papel picado, que funciona como adorno para los altares de muerto, también es uno de los productos que se ofertan, es un clásico; dice don Ángel que hasta se pueden hacer imágenes con la figura del difunto. ¡Lleve su calaverita! Aracely Murrieta tiene seis puestos en la Feria del Cartón y el Juguete, como ella, toda su familia se dedica a lo mismo: la venta de calaveritas y dulces típicos. Cuenta que tienen 22 años en el negocio y augura que las futuras generaciones continuarán esta tradición. La joven no sólo recorre las ferias de Guadalajara, también lleva su mercancía a Tijuana, Rosarito, Monterrey, México y Veracruz. “Desde mi abuelita, siempre hemos vendido dulces, nosotros mismos los fabricamos, hacemos cacahuates garapiñados, manzanas y uvas cristalizadas y dulces curtidos como el camote, la biznaga, calabaza y chilacayote. Desde muy niña a mí me inculcaron este oficio”. Araceli explica con gran soltura cada uno de los pasos para hacer calaveritas. Las de chocolate son más fáciles que las de azúcar. Lo primero que se necesita es un molde de plástico para las de chocolate, donde se derrite el chocolate y lo baten con cereal del mismo sabor para que tenga una textura crujiente. “Se enfrían los moldes en un congelador grande y se deja de dos a tres días en reposo y ya se sacan”. Pero las de azúcar tienen mayor cuidado, primero, los moldes deben ser de barro, porque el plástico no soportaría la temperatura, también se requiere glucosa y se necesitan siete días de ventilación. “Estas no se enfrían, deben estar listas a temperatura ambiente, se decoran con huevo, azúcar y colorante”. “Somos fabricantes y vendedores” Antonio Godínez es carpintero y artesano, originario de Michoacán, su negocio es el juguete de madera, “somos fabricantes y vendedores”. Él y su hermano prácticamente hacen todas las piezas, no tienen ayudantes, su mamá y sus esposas venden la mercancía en la feria. Tienen 10 años viniendo, pero en su ciudad natal, es toda una vida dedicada a esto, es un trabajo familiar del que están orgullosos. “La herencia es de mi mamá, es desde hace como 30 años, somos de alrededor de Pátzcuaro, vendemos de todo tipo de carritos de madera, guitarritas, tambores, varias cositas, lo principal que necesitamos para hacerlos es madera y pintura, tenemos talleres de artesanías y usamos cortadoras y lijadoras para fabricarlos”. Con la experiencia que lleva en los hombros Antonio, hacer estos objetos ya es algo que no le toma mucho tiempo, comparte que un carrito pequeño con las piezas cortadas le lleva 20 minutos, aunque hay otros que son más detallados y minuciosos que le toman más tiempo, pero con ganas y entusiasmo no hay nada que él o su hermano no puedan hacer. Asegura que padres de familia le comentan cómo buscan inculcar en sus hijos el gusto por los juguetes artesanales, ya que con tanto tiempo que pasan en las computadoras y videojuegos, no les da tiempo para interesarse en otras cosas. “La gente sí nos busca porque sus hijos se la pasan en los computadoras y yo me siento bien de vender esto (sus juguetes), es satisfactorio tener estas artesanías. Yo tengo hijos también, ahora están muy chiquitos, pero cuando crezcan sí pienso enseñarlos a hacer estos trabajos y que sea un modo de vivir para ellos”. Para Antonio Guadalajara es mejor plaza que Michoacán, porque aquí no está tan competido como en Pátzcuaro, hay menos competencia y “aquí hay más turismo porque la ciudad es más grande”. "Tengo 15 días en Guadalajara" Miguel no quiso dar su apellido ni edad, se sintió incomodo cuando hablamos con se le abordó para cuestionarlo sobre la producción del pan de muerto que elabora y que comercializa con junto con otros jóvenes originarios de Tlaxcala y que asisten a varias verbenas al interior de la República Mexicana. Es la primera vez que Mario viaja está en Guadalajara, pero ya tiene experiencia en otros Estados, sobre todo en Tabasco, Coahuila y Zacatecas. “El señor con el que vengo (su jefe) ya tiene muchos años vendiendo aquí, yo tengo aquí en Guadalajara 15 días y tengo dedicándome a la fabricación de pan dos años. Los otros chavos tienen más tiempo que yo, nuestro pan es originario de San Juan Huactzinco y también de ahí somos todos”. Miguel no pasa los 25 años y se frota las manos con nerviosismo, porque dice nunca había sido entrevistado, cuenta que allá todas las familias son panaderas y van de pueblo en pueblo con sus hornos y sus ingredientes para vender picones, conchas, empanadas, corbatas que tienen relleno de carnes frías, pan de fiesta, pan de muerto y gorditas de nata. La masa se conserva en hojas de zapote para conservar su frescura durante los traslados que hacen de una ciudad a otra. “Aquí mismo horneamos el pan, le ponemos harina, huevo, mantequilla, manteca, azúcar y nada más, como cada 30 minutos estamos sacando piezas del horno. Aquí en Guadalajara se vende mucho el picón y el pan de muerto por la fecha del 2 de noviembre, pero en Saltillo la gente consume más empanadas y corbatas”. De generación en generación Verónica Pulido tiene 10 años trabajando aquí, y ya le está inculcando a su hijo el gusto por el comercio de los juguetes tradicionales, ella vende muñecas de cartón, carros de lámina, baleros, y figuras pequeñas para altares de muerto, sobre todo a estudiantes, a quienes les piden en clase realizar manualidades para conservar la tradición del Día de Muertos. Ella compra su mercancía en Celaya y Ciudad de México, desde allá manda a traer sus figuras de cartón para armarlas aquí, “todo es cien por ciento mexicano, luego hay gente que prefiere comprar juguetes con pilas, pero se olvidan de la tradición, nosotros ofrecemos juguetes que son típicos y que han permanecido de generación en generación”. Ella sabe que el proceso de fabricación de tan pintorescos objetos es artesanal. “Es cartón que se remoja y con moldes se va formando la figura, después se pintan y el último procedimiento es armarlos”. Verónica ha visto que año con año las ventas no son las mismas y pide que más gente se dé una vuelta por el Parque Morelos para que vean los artículos que hay. “Estos negocios primero los empezaron mis abuelos, luego mis papás, después mis tíos, ahora yo y pronto mi hijo. No sólo vendemos aquí, también en Ciudad Guzmán, Santa Anita y la Piedad en Michoacán”. Temas Tapatío Feria Día de Muertos Tradición Lee También Fiestas de Octubre en Guadalajara: 60 años siendo la feria más mexicana Tlaquepaque anuncia el XV Festival de Muertos 2025 con temática mundialista; conoce las fechas Estas son las flores que debes colocar en la ofrenda de Día de Muertos ¿Qué día es la Romería 2025 en Guadalajara? Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones