GUADALAJARA, JALISCO (20/MAY/2017).- Por tradición, los vehículos Jeep se encuentran en su hábitat natural en caminos sinuosos y de difícil acceso. Pero a la versión SRT de la Grand Cherokee parece gustarle ir en contra de su naturaleza, pues se le siente cómoda en los asfaltados, donde es ama y señora.La cara de esta SRT es agresiva, intimidante, dejando ver que poder no le falta. Incorpora elementos que imprimen el sello de la casa. Tal es el caso de la parrilla que da lugar a las clásicas siete franjas de la marca. Los faros son delgados en su parte interna y tildados con un marco negro, aspectos que resaltan la deportividad, al igual que los sugerentes extractores de calor colocados en el cofre. Los costados dejan ver la altura de la SUV, pero se nota un perfil de llantas más ancho, para tener más contacto con el asfalto. Atrás también hay una voluptuosa defensa con reflectores; alerón deportivo y calaveras en doble tono.La deportividad vuelve a hacerse presente al interior, donde se combinan vivos de fibra de carbono, con otros más tipo aluminio pulido en tablero y paneles laterales. Hay cuero con costuras aparentes en tablero, asientos, volante y palanca de cambios; cinturones de seguridad en tono rojo, alcantara en el cielo del coche y pilares A e inserciones en doble tono.Las amenidades incluyen aire acondicionado digital por zonas; pantalla táctil de 8.4 pulgadas con navegador; selector de modos de manejo; apertura y clausura remota de puerta trasera; sonido Harman Kardon de 19 bocinas, entre otros componentes. Todo el conjunto otorga al conductor una sensación de coche Premium, además de contar con gran espacio para cuatro personas con cabida más que suficiente. ImponenteNo solo quienes van dentro de esta Grand Cherokee disfrutan, también lo hacen quienes la ven circular, pues es de esos vehículos que muchos aspiran manejar, y con razón.La apariencia comulga con el manejo, la agresividad es latente cuando se pisa el pedal derecho. El motor cobra vida y emite un sonido grave, que te recuerda que estás manejando un motor V8 de 6.4 litros y 475 divertidos caballos de fuerza, que permiten despegues espectaculares, sobre todo con el Launch Control.Más allá de la buena aceleración, el aplomo y sensaciones de manejo deportivo son un deleite, aunque como es de esperarse, el consumo de combustible no es nada eficiente. Y honestamente no importa, porque esta SUV es para eso, para hacer alarde de capacidad, para robar miradas y para plantarse con personalidad en donde pase, y claro que vale la pena pagar por gasolina a cambio de tal satisfacción.La caja de ocho velocidades hace su trabajo para contener su sed por gasolina y de alguna forma lo logra, aunque nadie debería comprar una de estas pensando en este tema. Desafortunadamente, en algunos momentos su funcionamiento no es muy suave, sobre todo en cambios descendientes, que se perciben mucho cuando estamos conduciendo en tráfico pesado. El brinco de segunda a primera es notable y hasta algo molesto.En carretera los rebases son la diversión que justifica esta versión y apenas nos pone a soñar aún más con la mucho más poderosa Trackhawk que debe llegar bajo pedido antes del final de este año.El conjunto de elementos es soberbio y de antemano sabemos que no es un vehículo apto para cualquier bolsillo. Pero quien tenga la capacidad de adquisición suficiente para adquirir esta Grand Cherokee SRT, vivirá agradecido con la diosa fortuna en la gran mayoría de los casos.