Capacidad comprobada

La Ridgeline puede parecer incomprendida, como ya lo dijimos en la primer entrega de esta prueba de mediano plazo, pero hemos comprobado que si explotamos todas sus capacidades, la camioneta se vuelve eficiente y una herramienta útil para el trabajo o uso personal, lo cual no ha sido experimentado por muchos que piensan en una pickup y no voltean a ver Honda como su primera opción.

Las posibilidades son muchas en la Ridgeline. Disfrutamos de un amplio espacio en el interior, que puede llevar cinco pasajeros cómodamente sentados. El equipamiento ni el diseño de los interiores son los más agradables que hemos visto. Pero la combinación de rudeza con plásticos blandos y rígidos, hacen que la camioneta tenga esa funcionalidad de tener dentro un ambiente ambivalente. Para el trabajo pesado puede ser útil, pero para el transporte personal consiente por su comodidad.

El equipamiento no es el más actualizado, pero a parte del radio con caja para seis discos compactos, está la entrada auxiliar. Lo que sí sorprende es la gran cantidad de huecos para guardar-poner-esconder objetos. En la consola central caben bolsas grandes; en las puertas los botes de refresco quedan algo chicos para el enorme hueco; en la cajuela existe un compartimiento oculto, que sirve para llevar maletas.

Para el acceso en el área de la caja, con 241 litros de espacio en el compartimiento y 2,095 litros en el área total, se puede entrar abriendo el portón de forma clásica o de forma lateral, para no dañar el mismo portón a la hora de subir objetos pesados. Una desventaja que vemos en esta parte, es que el espacio es algo reducido. Objetos grandes y anchos son difíciles de acomodar, si es que queremos cargar más cosas. Por otro lado, la capacidad de arrastre es buena, de 2.27 toneladas, como para llevar un remolque grande y hasta dar un aventón a otro coche. Estas capacidades la ponen al nivel de las experimentadas Lobo de Ford.

El manejo es suave, tanto en la aceleración como en el traslado, ya que la suspensión no es tan “brincona” como otras pickup que hemos probado, y esto se percibe en el interior. El motor es el V6 de 3.5 litros, de 253 caballos de potencia, similar al que porta la Odyssey, de comprobada eficiencia y consumo de combustible. En este caso la mejor cifra que tenemos fue de 6.4 kilómetros por litro de gasolina.

Por último, destacamos que la camioneta ha sufrido, como es normal, un ajuste de precio, que la lleva a los 458 mil pesos. 4 mil pesos más que cuando iniciamos esta prueba de mediano plazo.

Con la Ridgeline tuvimos a nuestro alcance una pickup que rinde cuentas claras a la hora de ser exigida, con o sin carga y llevando a cinco pasajeros. Su fuerte está en el diseño que enseña los dientes a las demás competidoras y que le es suficiente para ganar más adeptos aunque sea poco a poco.

Mario Castillo







Ficha técnica

Honda Ridgeline
 
Motor: Frontal transversal; seis cilindros en V; 3.5 litros de desplazamiento; SOHC; 24 válvulas; con inyección de combustible secuencial multipunto. Potencia: 235 cv @ 5,700 rpm / Torque: 248 libras-pie @ 4,200 rpm.
 
Tracción: Trasera.
 
Transmisión: Automática de cinco velocidades (5+R). Suspensión: Delantera – Independiente, de tipo McPherson, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera- Independiente, de tipo Multilink atrás, de doble horquilla, con barra estabilizadora.
Frenos: De discos sólidos en las cuatro ruedas, con sistema antibloqueo (ABS) y distribución electrónica de la fuerza del frenado (EBD).
 
Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia variable.
 
Dimensiones y capacidades en milímetros:
Largo / Ancho / Alto
5,255 / 1,976 / 1,786
Distancia entre ejes: 3,100 mm.
Peso: 2,051 kilogramos.
Tanque- 83 litros.
Cajuela- 241 litros y Carga- 2,095 litros
Remolque- 2.27 toneladas.
 
Precio: 458 mil pesos
 
Resultados de la prueba realizada en el Autódromo Guadalajara:
Aceleración 0 a 100 km/h en  10.3 segundos.
Frenado de 100 km/h a 43 metros.
Cuarto de milla: 17.2 segundos a 124 km/h.
Velocidad máxima observada: 190 km/h.