Jueves, 09 de Octubre 2025
Suplementos | El Atlas realizó un intento fallido de acercarse a los aficionados a la saga Star Wars

Camellos imperiales

Hace algunos días, el Atlas realizó un intento fallido para acercarse a los aficionados a la saga Star Wars mediante las redes sociales

Por: EL INFORMADOR

Aunque no haya sido el más grande fan de Star Wars, he visto las primeras tres cintas una veintena de veces. AP / E. Thompson

Aunque no haya sido el más grande fan de Star Wars, he visto las primeras tres cintas una veintena de veces. AP / E. Thompson

GUADALAJARA, JALISCO (10/MAY/2015).- Hace unos días, el Atlas (ese equipo que ha conseguido ser, a la vez, la mayor pasión de la vida y una suerte de enfermedad crónica para algunos de mis mejores amigos) publicó en sus redes un video en el que aparecía una supuesta nueva contratación: el enmascarado y malvado Darth Vader. El chiste fue poco reído, me temo, pero muchos de quienes lo abuchearon virtualmente ni siquiera llegaron a suponer que tenía que ver con que cada 4 de mayo los aficionados a la saga fílmica Star Wars celebran una suerte de día mundial de su hobby y los rojinegros, con su video,  buscaban acercarse a ellos (en ese sentido, es probable que los “creativos” que trabajan para el club hayan sobreestimado la importancia que el festejo tiene en México, que se acerca a lo nulo). 

Total, que el tema hizo presa de las redes, ya bastante agitadas desde la difusión del tráiler de la próxima cinta de Star Wars, que se estrenará en diciembre, y despertó entre varios una serie de memorias y recuerdos que, aunque los de mi generación compartimos, pertenecen sobre todo a la de nuestros hermanos mayores y nuestros padres.

No puedo presumir de haber sido hechizado por Star Wars, como otros, desde el mero comienzo de la historia en aquella galaxia muy, muy lejana. Ya tenía un año cuando se estrenó la primera cinta, en 1977, y supe de Vader y compañía por allá del año 80 o así, gracias a que mis hermanos tenían unas historietas españolas (en las que el pobre Luke Skywalker era rebajado a “Lucas Trotacielos” y el peludo y estoico Chewbacca a “Mascatabaco”) y, especialmente, varios monos de plástico de los personajes ideales para agarrarlos a trompadas entre ellos. Cuando, tiempo después, vi las cintas (tendría, en cada caso, menos de 10 años) ya me conocía la historia de principio a fin y, aunque me causaron el mismo respetuoso impacto que les puede causar a los no creyentes un libro sagrado, tampoco es que fueran mi camino a Damasco. No puedo decir, pues, que haya sido el más grande fan de Star Wars (de niño y de grande he preferido, por mucho, los libros de The Lord of the Rings) pero, queriéndolo o no, me he echado las primeras tres cintas una veintena de veces. Incluso fui a una premiere del malhadado Episodio 1 y hasta tuve un escalofrío cuando sonó la musiquita del principio. Al final los escalofríos volvieron pero sólo porque la película con la que la saga volvió a la vida, en el año 1999, era horrorosa y el público se puso a pedir a gritos su dinero.

Como los años suelen volvernos nostálgicos, también recuerdo haber participado en una red de contrabando de muñequitos de Star Wars (muy castizamente, le decíamos entonces “La guerra de las galaxias”) junto con varios amigos, por allá de 1984. Los obteníamos de cualquier modo: ganándolos a las canicas, intercambiándolos y, al menos en un caso que yo recuerde, mediante el injustificable robo de otros (cuando el hurto se descubrió, fuimos varios los que tuvimos que barrer banquetas en castigo, muy al estilo pedagógico de la época).  Aunque era de los pequeños de aquella pandilla, estaba obligado a aprenderme una cantidad inimaginable de nombres rarísimos y a distinguir de un vistazo un simple muñeco nacional de uno importado y codiciado.  Desde entonces sé que Star Wars es una religión con sus profetas, acólitos, santos y mártires. Igualito que el Atlas, pues.

Tapatío

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones