Suplementos | En el fondo lo que pasaba es que el Halloween estaba asociado con fiestas divertidas y Calaveras, calabazas En el fondo lo que pasaba es que el Halloween estaba asociado con fiestas divertidas y disfraces chistosos, mientras que el Día de Muertos apestaba a cempasúchiles y rosarios Por: EL INFORMADOR 1 de noviembre de 2015 - 00:54 hs La conciencia de que el Día de Muertos era un valor fundamental de nuestra cultura creció con los años. EL INFORMADOR / A. Muñiz GUADALAJARA, JALISCO (01/NOV/2015).- Descreo de nuestra relación con el Halloween desde la noche en que unos ladrones se colaron a la fiesta de una amiga disfrazados como los Beatles de la época del Sargento Pimienta (es en serio: con trajecitos militares de colorines y las charreteras y los bigotes). Los tipos fueron muy aplaudidos, bailaron con la anfitriona y varias de sus amigas y al final se llevaron el televisor, el tocadiscos y 15 botellas de vino importado de la cava del propietario de la casa. Nadie sabía, desde luego, quiénes eran ni de dónde habían salido. Esto pasó en una época pre-internet o hubiera sido noticia de alcance mundial. En cambio, mi amiga se hizo pato, negó ante sus padres la calamitosa celebración (ellos, claro, andaban de viaje y no se enteraron hasta que fue demasiado tarde) y no se atrevió a dar la nota a los medios o siquiera a confesar los hechos ante la policía. Como sea, la anécdota me dejó un halo de desconfianza con respecto al Halloween que nunca me he podido quitar de encima. Quizá sea también culpa de haber estudiado en una escuela pública en donde las maestras, sindicalizadas y patriotas todas, aseguraban que la pedida de dulces y las calabazas perforadas eran estrategias de los gringos para imponernos su cultura y destacaban ante los alumnos, como se ha hecho ritualmente desde hace decenios, las bondades del festejo “nacional”: el del Día de Muertos. “Los gringos quieren que los niños en México empiecen a creerse unos Batman todos”, nos decía la directora, al micrófono, en una de sus usuales arengas nacionalistas. “Lo que no saben es que aquí no nos gustan esas fiestas paganas, que son de los vikingos o de sepa Dios quién, y que mejor vamos a festejar a nuestros muertitos con su atolito y sus tamales”. Le poníamos un altar a don Venustiano Carranza o al Niño Artillero en mitad de un pasillo y ya. No creo que ninguno de los escolares de aquellos días sintiéramos que nos estábamos salvando de la influencia nefasta de las potencias extranjeras con ello. Además, el altar no impedía que mis compañeros llegaran a sus casas, se pusieran una máscara y salieran a pedir dulces. En toda tabla de valores infantil, dulce mata tradición. En el fondo lo que pasaba es que el Halloween estaba asociado con fiestas divertidas y disfraces chistosos, mientras que el Día de Muertos apestaba a cempasúchiles y rosarios. A nadie se le ocurría disfrazarse de “catrina” hace 30 años (ni, ya en esas, de Frida Kahlo: ese fue un efecto colateral del Halloween) y el molito y los tejocotes se acomodaban en los altares como ofrendas pero rara vez se preparaban raciones extras para zampárselas uno (para eso estaba el pan de muerto, con su sabor a zapato azucarado). La conciencia de que el Día de Muertos era un valor fundamental de nuestra cultura creció con los años. A varios de mis amigos les quería dar un colapso cuando una antropóloga del INAH declaró el año pasado que, según sus estudios, el festejo de los difuntos es una fiesta católica de evidentes trazas españolas y su presunta raíz prehispánica nos la imaginamos y la presumimos pero no es tal. A como van las cosas, tanto el Halloween como el Día de Muertos terminarán fusionados en nuestro país en una suerte de “semana de los espectros” con disfraces, piñatas, altares, películas de Tim Burton y canciones de Lila Downs. Nos vestiremos todos como darkies tlaxcaltecas. Y, en unos años, el debate estará centrado entre los que celebran el Día de San Patricio y quienes prefieren aferrarse a la Expropiación Petrolera. Que, como todos sabemos, era una festividad azteca. Temas Tapatío Antonio Ortuño Lee También KIVA Inversión inmobiliaria integral presenta Atriva, esencia viva Sociales: Nice de México celebra su 29 aniversario El río Lerma: un pasado majestuoso, un presente letal Sociales: Torneo de golf “Por más sonrisas” Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones