Tren parlamentario

La Comisión del Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Diputados tiene 30 legisladores, la preside Tereso Medina, diputado federal del PRI, y es la encargada del foro sobre la reforma laboral.  

Ayer, las palabras de gente de organizaciones civiles fluían en sentido contrario a las propuestas que, en marzo y abril, presentaron las bancadas del PRI y el PAN. Y, como sucedió en los lunes anteriores, días marcados para este foro, las conversaciones se transfiguraban otra vez en una suerte de diálogo de sordos.

El foro tenía otra vez la virtud de convocar a docenas de personas, pero en el panel volvían a estar prácticamente los mismos seis o siete diputados federales que han estado atendiendo las voces casi siempre discordantes –respecto de las propuestas priista y panista aquellas–. Y los otros veintitantos continuaron ausentes de un encuentro que, desde que lo anunciaron a fines de abril, fue catalogado como la justificación con que el PRI –según el PAN–  se escabullía de su propia iniciativa de reforma laboral presentada en marzo.  

Lo que la gente que ha ido a participar dice respecto de la Ley Federal del Trabajo y del Artículo 123 constitucional ha tenido la virtud de la frescura, a pesar de que  reiteradamente se han estado escuchando contra argumentaciones similares a las que ya se les escucharon a los opositores en el Congreso.  

“Y yo les pregunto, diputados”, por ejemplo les decía Javier Vázquez Flores, mimbro de la Asociación por la No discriminación Laboral por la Edad o Género AC, “si a ustedes también les piden la edad, o el género, para trabajar como diputados”…

Así, suavecito, pero tan irrebatible que todos los que ahí cobraban como diputados, callaron, miraban hacia la pared de enfrente o, de plano, agachaban la testa como si leyeran sobre el pupitre.  

“Yo les pregunto”, seguía Vázquez Flores banderilleándoles el lomo a los diputados ahí presentes, “si de verdad no saben que las empresas en México te discriminan si no eres egresado del Tec o de la Ibero. Y tampoco te aceptan si eres moreno, chaparro o hasta por tu religión y preferencia sexual”.

Javier Vázquez Flores fue uno de los más de 20 participantes en el foro de marras. “Ahora quieren dos idiomas, títulos, y dan un poco más del salario mínimo. Algunos están pidiendo gente con edad máxima de 25 años”.

Fue este participante quien habló con cifras de la discriminación en México.  La Secretaría del Trabajo, siguió, tiene registrados más de 20 mil testimonios de discriminación laboral.
 
E insistía: 85% de las empresas en el país hacen distinción de género, y de características físicas en quienes les piden empleo: “Si tienen un centímetro menos a determinada estatura, adiós; si tienen un kilo de más, también”.  

Entre los participantes hubo un común denominador: coincidencias en torno de algunos temas. Se hablaba este lunes del telemarketing. Y de  los empleos para ventas, algo así como 55%; 28%, empleos de seguridad y limpieza.

Quienes participaban este lunes, iban ahora a los de hasta abajo en el sector laboral: los que no tienen sindicato ni derechos laborales.

Y sonaba a recriminación. Y hacían callar a sindicalistas como Francisco Hernández Juárez, el líder eterno de Teléfonos de México.  “Los empleos buenos, bien remunerados, los tienen los sindicatos”, se escuchaba decir allí.

Y hablaban de las generaciones de familias que se heredan los puestos de trabajo, por obra y gracia de las transas sindicales. Javier Vázquez Flores miró a Hernández Juárez, y dijo: “No sé por qué el diputado no publica su vacante, para que más gente pudiera aspirar a tener un buen empleo”…

En México, insistía Vázquez, “más de la mitad de desempleados lo son por consecuencia de algún tipo de discriminación”.  Seguirá el foro, pero entre los participantes se preguntan ya si lo que se ha estado diciendo allí podrá romper el guión que trazaron ya, con fines  de reforma laboral, los partidos políticos más representativos: PRI, PAN y PRD.