Las cuentas y los cuentos

El presupuesto para 2011 es de tres billones 438 mil millones de pesos. Suena a mucho. Para nuestras necesidades y vicios es poco. Aunque sea el mayor de la historia. Está amarrado. Cómo nos va a alcanzar si cada día del año nos costará nueve mil 500 millones de pesos. Además de pagar a tres millones de burócratas hay que saldar intereses, rentas, seguros, celulares, vehículos y súmele. ¿Gastos irreductibles?

Esta semana atestiguamos otra vez el circo de la rebatinga por los recursos públicos. Los diputados se portaron como embajadores de alcaldes, gobernadores, partidos, organismos, sindicatos o empresas privadas. Hasta la ignominia. Le cuento un caso: se asignaron 100 millones de pesos para un supuesto programa de fomento a orquestas infantiles, que finalmente terminará como asignación directa a dos orquestas juveniles que forman parte de TV Azteca. Adivinó. La propuesta fue de la telediputada verde, hija del dueño de la televisora. Como el payaso, no sabemos si reír o llorar. La realidad nos rebasa.

La inercia continuará en 2011. Muchos proyectos carecen de sustento; son útiles para fines políticos pero no necesariamente para la economía. No se va a estimular la inversión.

Gobernación sacó el premio mayor: 83% más que en 2010. Educación crece sólo 5%. Se le asignaron 230 mil millones; la rebanada más grande. Hablamos de cantidad, no de calidad. Ya ni hablar de carreteras o apoyo al campo. Mucho quedará en el papel, como el que hizo Cruz López, líder de la CNC, profeta del cisma que viene en el PRI. El diputado López se entercó por cuatro mil 400 millones para caminos rurales. Se los negaron. Le mentó la madre a Francisco Rojas. Amenazó con abandonar al PRI con 85 de tropa.

Nuestra democracia seguirá siendo la más cara del mundo. Al IFE van 10 mil 500 millones, para un año sin elecciones federales. El Poder Judicial consigue 38 mil millones y se queja. Los estados se llevan más de un millón de millones. Estado de México, Jalisco, Nuevo León y Puebla reciben más. El Distrito Federal, menos. Del tamaño del sapo es la pedrada.

El diputado Luis Videgaray defiende la transparencia del gasto. Pero, ¿dónde están las leyes que no se han redactado para garantizarla? La falta de reglas es lo que daña el juego. En el presupuesto se autorizaron fondos en función de la siguiente elección, y no de la siguiente generación. Sí, hombre, entérese, había una vez un país al que no le salían las cuentas, pero sí los cuentos.

EL MONJE LOCO: Como Churchill cuando partió en dos el mundo con un bastón, Luis Echeverría trazó una ciudad. Todo planeado, todo proyectado. Aquí la zona hotelera, aquí el pueblo, acá el mercado, aquí la isla unida a la tierra. No cabía el error. No ha pasado medio siglo y Cancún es un desastre.