México | POR ANTONIO NAVALÓN La Resurrección Si algo nos enseña la política moderna, es que cuando fracasan las grandes reconversiones industriales o los financieros ya no tienen nada más que quebrar, el campo emerge como una salida importante Por: EL INFORMADOR 27 de abril de 2011 - 02:57 hs Antonio Navalón. / Este 2011 es muy extraño. Será un año de 18 meses que acabará en julio de 2012 con la elección presidencial, y no tendrá sólo una semana de Pasión y de Pascua, sino dos, y entre una y otra, muchos calvarios. Para los creyentes, el pasado domingo se celebró uno de los puntos culminantes de su fe: la Resurrección. Y la mayor parte de los miembros del Gobierno —además de creer en la democracia y en la tecnología— son creyentes, aunque no necesariamente son confesionales, ni tampoco todo su partido político. Pero algunos de ellos que aspiran a la silla del águila creen en la resurrección. Es importante saber que se acabó el tiempo de la vieja agenda, que la seguridad a sangre y fuego no es suficiente y que problemas como la elección presidencial tendrán un resultado nuevo en la medida en la cual haya una agenda distinta. Por ejemplo, hay que decirle al nuevo presidente del PRI que, así como ha propuesto una gran cumbre nacional con el tema de la pobreza, haga lo mismo con la seguridad y no diga obviedades como que el Ejército debe seguir en las calles, sin añadir que puede con el consenso, el soporte, la estructura y la protección a sus miembros. Siguiendo con ejemplos, les encanta ir a Davos, sólo para ricos y poderosos, qué pena que ni ellos ni sus equipos lean los papeles que ahí se elaboran. Así hubieran visto que la principal nube que se anunciaba era la crisis alimentaria. Y eso que entonces lo del mundo árabe era sólo el inicio de la cuesta del petróleo. Si se suman las dos cosas el cuadro es claro. Todos debemos volver al ejercicio democrático de la exigencia; exigir que nos expliquen, cara a la crisis alimentaria global, ¿cuánto de la resiembra de Sinaloa se va a salvar y cuánto a perder? ¿Por qué México tiene un déficit de maíz blanco, que de momento podrá cubrir con lo que consigamos importar de Sudáfrica? El maíz blanco marca el precio de la tortilla, es un factor de Estado y de seguridad nacional para lo cual sólo caben dos soluciones: o se hace lo que con la gasolina —subvencionamos precios— o creamos una nueva agenda nacional. Sólo seis países producen o tienen excedentes para la exportación del maíz blanco. Como queda dicho, las primeras 500 mil toneladas del déficit que tenemos vendrán de Sudáfrica, ¿y el resto? El mundo trata de encontrar su resurrección. Para eso hay que tener fe en lo que uno hace y darse cuenta de lo que ya no funciona. Por eso la nueva agenda debe atender cosas concretas como ¿qué hemos hecho con la agricultura, una de las grandes víctimas del desarrollo y modernismo del TLC, que tantas cosas le dio a México, pero que también tantas le quitó? Si algo nos enseña la política moderna, es que cuando fracasan las grandes reconversiones industriales o los financieros ya no tienen nada más que quebrar, el campo emerge como una salida importante; en nuestro caso, casi como una de las pocas alternativas para crear el empleo que necesitamos, y para acabar —en parte— con el problema de la violencia. En México, el campo ha recibido en los últimos tres años alrededor de 213 mil millones de pesos, es verdad que había que intentar sembrar la paz, por ello nadie debe escandalizarse de que el presupuesto entre el campo y la guerra de las ciudades haya alcanzado este año una diferencia por más de 72 mil millones de pesos, 50% más para seguridad que para Sagarpa; ya es hora de ver que cuanto más dinero invirtamos en el campo, más seguridad podremos tener en las ciudades. POSDATA. Hablando de resurrecciones, todos buscan al Mouriño perdido, sobre todo Abraham Cherem, que gracias a su amigo Ulises Ramírez, a las amistades peligrosas de éste —y a no darse cuenta que Calderón quiere todo, pero cuando él lo dice—, le costó la salida del equipo de cordero Pascual. Pero vivimos en un país tan generoso que el ejemplo empieza por la familia presidencial; al mismo tiempo que Calderón expulsaba de sus filas a Cherem, la primera dama asistía a su brindis de despedida, y en tanto, Cordero sigue jugando al futbol en Xbox como si la política o la presidencia se pudiera ganar en una consola de videojuegos. Temas Rotonda Antonio Navalón Lee También Chivas Femenil, a una victoria de asegurar su lugar en Liguilla KIVA Inversión inmobiliaria integral presenta Atriva, esencia viva Sociales: Nice de México celebra su 29 aniversario Cruz de Plazas, emblema de la identidad jalisciense Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones