Miércoles, 15 de Octubre 2025
México | Alternativa laboral

Invidentes, masajistas

Una clínica que desde hace 50 años alivia dolores y estrés a personas trabaja con personas que no pueden ver

Por: EFE

CIUDAD DE MÉXICO (24/ENE/2011).- Una pequeña clínica de masajes de la Ciudad de México, compuesta íntegramente por profesionales invidentes, proporciona desde hace 50 años alivio a los dolores musculares y el estrés que provoca una metrópoli de 20 millones de personas.

Diariamente, entre 20 y 30 personas de todas las edades acuden al Centro Histórico en busca de alivio y curación para luxaciones, parálisis faciales, tensión emocional y problemas menores de columna.

“Lo hacemos de manera profesional y a bajo costo para niños, jóvenes y personas adultas", explicó el masoterapeuta Guillermo Frías, que trabaja desde hace seis años en el centro “Doctor Alfonso Herrera”.  

Ocho son los masajistas que se afanan en su labor, orgullosos de desempeñar un empleo digno y no tener que pedir limosna, como muchos otros con deficiencias visuales graves.

Al lugar llegan principalmente jóvenes "para relajarse de las molestias que les provoca el estrés del trabajo, el tráfico y las presiones de esta caótica ciudad", añade Frías.

Problemas que derivan ocasionalmente en parálisis faciales, y que las expertas manos de los invidentes se ocupan de curar.

La clínica, que cuenta con cuatro pequeños cubículos, requiere que sus terapeutas tengan título de Técnico Profesional en Maso terapia (rehabilitación mediante masaje), que imparte la Escuela Nacional de Ciegos.

Quiropráctica, acupuntura y fisioterapia son algunas de las técnicas que emplean, según otro de los profesionales, Leonardo Guayuca Peralta, quien alguna vez fue vendedor ambulante, pero que decidió estudiar la carrera por motivos de superación personal.

Don Justo es uno de los masajistas más antiguos del centro. Actualmente atiende a un solo paciente por día, aunque tiene un grupo de clientes fieles desde hace más de 20 años.

“La mayoría de los pacientes quedan contentos; se les complace en todo. Se curan desde dolores de cabeza hasta el mal humor”, sostiene el veterano terapeuta, a quien en ocasiones le duelen ya las manos cuando realiza sesiones de más.

Las últimas cifras oficiales, publicadas en 2005, muestran que en el Distrito Federal hay 31 mil 576 personas con alguna discapacidad visual (.36 % de la población capitalina).

La mayoría de los invidentes que deambulan por el Centro Histórico son comerciantes ambulantes, muchos de ellos vendedores de piratería musical en los vagones del Metro.     

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