Viernes, 03 de Mayo 2024
México | Por Alfredo Hidalgo Rasmussen

Cita en la ciudad

Expansión urbana sin control, un desafío ignorado

Por: EL INFORMADOR

Un recorrido por nuestra ciudad, combinando transportes, zonas y municipios, demuestra que somos una suma de distintas ciudades, o en el mejor de los casos de barrios. Las diferencias no solo son espaciales, son también temporales. Décadas de desarrollo separan zonas precarias  con limitados servicios, de aquellas que operan en el borde del “primer mundo”. Compartimos gobiernos, pero no siempre reglas. La ciudad está más allá de lo que vemos y comprendemos.

Ciudades, como la nuestra, han perdido el control de su población y tamaño, la expansión urbana se ha convertido en una pesada lápida sobre nuestra espalda. Los límites son cada vez más difíciles de identificar, pueblos cercanos que gozaban de vida propia, hoy son bordes metropolitanos que han perdido “su alma” y no han ganado nada. En el 2006, la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) con sede en Copenhague, advertía: “la expansión urbana descontrolada, rápida e ininterrumpida, amenaza el equilibrio medioambiental, social y económico de Europa” el título de este informe es muy ilustrativo: “La expansión urbana descontrolada - un desafío que Europa ignora”.

Los problemas asociados a la expansión urbana identificados desde entonces, vinculan una demanda de infraestructura para el transporte, lo cual lleva a mayor consumo de energía y una incesante y depredadora utilización del suelo. Se genera gran afectación al medio ambiente con repercusiones en el cambio climático, se acentúa la contaminación ambiental y acústica. La calidad de vida  se ve severamente afectada. Cambios en los estilos de vida y en los hábitos de consumo, son asociados a demanda de suelo vinculado a necesidad de vivienda, de transporte y de alimentos. El suelo agrícola cercano a la ciudad es presa de los desarrolladores, se genera entonces una expansión urbana descontrolada, que se da “cuando la tasa de cambio del uso del suelo supera la tasa de crecimiento demográfico” (AEMA).

Ignorar planes y visiones a futuro es también una práctica local que nos ha convertido en un negativo ejemplo. Según información contenida en el Plan de la Región Metropolitana (Sedeur), las expectativas del Plan de Ordenamiento de 1982 para Guadalajara, fueron vorazmente superadas. Entonces, en una extensión de 18,200 hectáreas (ha) vivían 2.5 millones de habitantes. En ese documento se consideraba que para el 2000 habrían cinco millones de habitantes en una ciudad de 27,500 hectáreas, pasaríamos de una densidad de 127 hab/ha a 181 hab/ha, por lo que sería suficiente una reserva urbana de 9,300 hectáreas. En el 2000 se duplicó la reserva urbana estimada. Para el 2010 aun sin los cinco millones de habitantes, el área urbana es de 78 mil hectáreas, (casi tres veces más que lo previsto en 1982), la reserva urbana es de 52 mil hectáreas, (40 mil más de lo que se requiere), la densidad hoy de 65 hab/ha (una tercera parte de lo previsto en 1982). Desafortunadamente tenemos reserva urbana para multiplicar infinitamente nuestros problemas, no tenemos una estrategia consensuada para cambiar el rumbo. Aun con información suficiente, hemos ignorado sistemáticamente aquellas recomendaciones que nos acercarían a una ciudad sustentable ¿Cuándo asumiremos el desafío?

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