Martes, 14 de Octubre 2025
México | Desacuerdo social

Aplausos y ovaciones quedan en el pasado

CRÓNICA

Por: SUN

CIUDAD DE MÉXICO (02/MAY/2010).- Los ríos de gente del sector obrero, que por años colmaban la plancha del Zócalo, este 1 de mayo, quedaron en el pasado.

El otrora músculo sindical que aclamaba y aplaudía a sus dirigentes, está agotado y ni siquiera permaneció una hora para escuchar los discursos en contra de la reforma laboral del Gobierno de Felipe Calderón.

En el Zócalo del DF se instaló un templete frente a Palacio Nacional. Por la mañana los priistas tomaron la plaza. Beatriz Paredes, líder nacional del PRI, dijo que sí apoyaría modificaciones la Ley del Trabajo, siempre y cuando fueran a favor de los trabajadores.

Dos horas después, en ese mismo lugar, Francisco Hernández Juárez, diputado federal del PRD y líder de la Unión Nacional de Trabajadores, expresó su rechazó lo que llamó la “Ley Lozano”, porque atenta contra los derechos laborales.

Bajo el intenso rayo solar de mediodía, Hernández Juárez buscó una sombra, en lo que desfilaban otros oradores.

Por un momento los sindicalistas despertaron de su reposo, cuando la migrante Elvira Arellano, de la Organización de Familias Latinas Unidas Sin Frontera, reclamó que el Presidente Calderón no haya actuado en contra de la Ley SB1070 de Arizona, que criminaliza a los trabajadores indocumentados.

Abajo del templete, en las calles, las viejas prácticas se mantenían como ley no escrita: pases de lista a los asistentes; cerveza, tequila, limón y sal, que mitigaba esa sed que quema por dentro, y los “kits” de gorras, tortas y agua para enfrentar la caminata.

En Paseo de la Reforma se concentraron los integrantes de la cooperativa Pascual y del Sindicato Mexicano de Electricistas, que en la vanguardia esposas de electricistas portaban orgullosas delantales con la consigna “te robaron tu trabajo, pero no tus sueños, te apoyo viejo. Yo soy esmeista”.

En Madero y Eje Central se unieron los sindicatos de Telefonistas de la República Mexicana; los mineros afines a Napoleón Gómez Urrutia, y la Asociación de Pilotos Aviadores de México, entre otros.

“Por favor compañeros, avancen, para que se desahogue la marcha, ya lo habíamos acordado”, lanzó el maestro de ceremonias a los presentes.

Mientras que el dirigente electricista Martín Esparza pedía el desafuero del secretario del Trabajo, Javier Lozano, por su política contra los trabajadores, sus agremiados emprendieron la retirada y sólo quedaron los esqueletos de los “toritos” y piñatas de Felipe Calderón quemados, junto a las pancartas que reivindican la lucha de los trabajadores.

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