Sábado, 07 de Diciembre 2024
Jalisco | Aniversario 25 de las explosiones del Sector Reforma

Un miércoles de Pascua; el día más oscuro para Guadalajara

Sonia del Carmen Solórzano y el rescatista Pablo Carrera ofrecen testimonio de lo ocurrido esa fecha

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO (22/ABR/2017).- Los recuerdos de aquel día son vagos. Pensar en el 22 de abril de 1992 le trae imágenes, olores y sentimientos de dolor a Sonia del Carmen Solórzano, sobreviviente de las explosiones del Sector Reforma. Ese día, esperaba el microbús para ir a su trabajo, el primero lo dejó pasar porque iba muy lleno, por lo que prefirió esperar el camión. Se subió y caminó hasta atrás, donde se sostuvo del último asiento.

Segundos después, tras avanzar una cuadra, sintió un fuerte golpe y empezó a ver todo en color negro. Se había dado la primera explosión. Quedó inconsciente por un rato. Al despertar, no sabía que había pasado, tampoco sabía que tenía luxación en una clavícula, que su pierna estaba destruida y que tenía numerosas fracturas en su columna.

Pero el dolor físico era superado por el emocional. A sus escasos 19 años vio la muerte y eso le cambió la vida totalmente.

“Si me preguntas a qué huele la muerte, no te lo puedo decir. Había pedazos de cuerpos, pedazos de carne humana, charcos de sangre, gente enterrada… esa parte la cuidaban los rescatistas, decían “no veas para afuera, lo que hay fuera no es bueno”, pero cuando me bajaron abrí los ojos y me tocó ver gente enterrada abajo del camión, una muchacha embarazada enterrada”.

En 25 años, Sonia se ha sometido a 20 cirugías y asegura que Dios ha sido bueno con ella, pues a pesar de que los médicos le decían que perdería su pierna, no fue así; a pesar de que le dijeron que no podría tener hijos, tuvo un niño y una niña.

“El de arriba tiene la última palabra. Sí hay daños severos en columna que sé que tarde o temprano voy a terminar en silla de ruedas pero, mira, ya son 25 años y sigo caminando”.

Por su parte, Pablo Fernando Carrera Guillén, rescatista que la sacó de aquel desastre, comenta que dejando de lado la tragedia, ese día se vivió un gran espíritu de servicio de todas las instituciones de rescate, entre las que está la Cruz Roja.

Recuerda que cuando se enteró de lo que había pasado, supo que tenía que ir a ayudar a la gente que estaba herida. Rescató a personas durante tres días seguidos, casi sin comer ni descansar.

“Esto no es mío, es de todos los compañeros y todos merecen el mismo reconocimiento porque todos trabajamos muy duro”.

Irresponsabilidad sin castigo

Petróleos Mexicanos (Pemex) fue identificado como el responsable del incidente, pero a 25 años de distancia no hay un solo sentenciado por este hecho.

Las explosiones del 22 de abril de 1992 se encuentran registradas en las averiguaciones previas 1236/92 y 1170/92. En ella se documenta que todo se originó a partir de una fuga de combustible del gasoducto Salamanca–Guadalajara, que llegaba a la planta de Pemex en la colonia La Nogalera. El documento destaca que el ducto tenía una fuga y esta se encontraba afuera del 1354 de la avenida Lázaro Cárdenas.

A pesar que en la planta de Petróleos Mexicanos de La Nogalera se detectó una baja en la presión del combustible, desde Salamanca se siguió bombeando gasolina que al llegar al punto de fuga terminaba derramada en el subsuelo. Reportes de Pemex que integran la averiguación previa señalan que 10 días antes de la explosión tenían conocimiento de una reducción en la entrada de gasolina a sus tanques.

La gasolina permeó al Colector Intermedio Oriente que atravesaba el Sector Reforma y se mezcló con el agua, extendiéndose por varios kilómetros. Este hecho, combinado con una modificación al colector por la construcción de la Línea 2 del Tren Ligero, causó que los gases se concentraran. Era cuestión de tiempo para que una tragedia se materializara y así sucedió.

EN IMÁGENES

La ciudad fue otra a partir de la tragedia

El tufo a combustible comenzó el lunes 20 de abril por la madrugada y afectaba a las colonias Quinta Velarde, Las Conchas, Analco, Atlas entre otras. La madrugada del 21 de abril, el hedor se incrementó y acudió a la zona personal del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (Siapa), bomberos tapatíos (entonces comandado por el mayor Trinidad López Rivas) y Protección Civil del Estado.

Los bomberos se introdujeron al drenaje para obtener muestras pero afirman que era difícil determinar si se trataba de gasolina; vecinos contradicen esta versión y señalan que siempre se supo que era combustible y no se actuó a tiempo para desalojar a las personas. Testigos aseguran que incluso brotaba vapor del drenaje y la gasolina llegó hasta los ductos de agua potable.

Afectación. En algunas partes, como en Gante y 20 de Noviembre, la explosión dejó una zanja de ocho metros de profundidad.

Reparten culpas. Al principio se acusó a la aceitera La Central como responsable de la explosión; posteriormente se les eximió de culpas y la investigación se enfocó a Pemex.

Evacuación. Miles de personas desalojaron sus viviendas ante el temor de nuevas explosiones.

Autoridades. Cerca de las 17:00 horas arribó a Guadalajara el entonces Presidente Carlos Salinas de Gortarí; recorrió la zona y visitó a los heridos.

Destrucción. A las 10:09 de ese miércoles de Pascua ocurrió la primera explosión. En el día se registraron más estallidos por el combustible acumulado en el subsuelo.

Ayuda. Tras el estallido, miles de personas se volcaron a la zona devastada para rescatar a las personas atrapadas; el gimnasio del Code se condicionó como morgue temporal.

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