Restaurar condiciones de El Bajío, reto de la Villa Panamericana

GUADALAJARA, JALISCO.- Debido al servicio ambiental que El Bajío le representa a la ciudad, con su función infiltradora de agua para el acuífero del Valle de Atemajac, el aspecto hidrológico fue considerado fundamental y “uno de los ejes vertebradores del proyecto” de la Villa Panamericana, señala su Manifestación de Impacto Ambiental (MIA).

El estudio hidrológico, que forma parte de este documento entregado a la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable de Jalisco ( Semades) para su sanción, diagnostica, como antes lo hiciera el especialista Luis Valdivia Ornelas, del Departamento de Geografía y Ordenación Territorial de la Universidad de Guadalajara (EL INFORMADOR 17/11/2009), que las propiedades de infiltración en El Bajío no son óptimas por encontrarse perturbadas, debido principalmente a las actividades extractivas que se realizaron en su espacio en la década de los 70 y que originaron socavones que obstruyen los escurrimientos que antes le aportaban el líquido.

“La recarga de aguas subterráneas que potencialmente ha tenido se ha transformado, ahora es limitada y principalmente el agua que puede llegar a contener El Bajío se pierde por evaporación, ante lo cual es necesario establecer medidas correctivas”, dice el documento.

De ahí pues que se hable de una “restauración” de las características de El Bajío como parte de la intervención urbanística, pues “se pretende que mejoren las condiciones de infiltración, ya que las modificaciones que se han realizado en el contexto de El Bajío han trastocado su funcionamiento hidrológico y sus capacidades de infiltración se han disminuido de forma considerable”.

La MIA permite conocer otros datos contextuales y de relevancia para la protección de El Bajío que aquí se abordarán, como que 672.6 de sus casi mil 200 hectáreas se hayan decretado reservas urbanas –el predio de la Villa mide apenas nueve hectáreas–, por lo que se advierte la conveniencia de elaborar un plan de gestión y regulación para responder al crecimiento que indudablemente se avecina.

La vecindad respetuosa de El Bajío con el Bosque La Primavera es el otro gran reto de la Villa en términos medioambientales –luego de alojar a poco menos de ocho mil atletas panamericanos, tendrá casi cuatro mil residentes permanentes–, y para el cual también existe una serie de medidas de mitigación con el fin de facilitar su integración al espacio, como se engloba en la idea: “Hacer un desarrollo cuya huella sea la mínima necesaria”, esto se tratará en una segunda entrega.

El sistema de infiltración

Para poder diseñar un sistema de infiltración que pudiera captar adecuadamente todos los escurrimientos que se presentan en el predio donde se edificará la Villa Panamericana, primero se debía conocer de dónde provienen esas corrientes y qué volumen preciso es el que generan.    

El predio de la Villa mide nueve hectáreas y, como parte de la MIA, se identificó que una subdivisión hidrológica vecina le aporta escurrimientos por un caudal de aporte máximo instantáneo de 1.7 metros cúbicos por segundo.

Luego, los especialistas calcularon la escorrentía (el agua superficial que escurre) que se originará al interior del propio sitio de la Villa, pues como se sabe, la urbanización la acrecienta. Para ello, se consideró que sus zonas de techumbres representarán una superficie de 21 mil 626 metros cuadrados; sus andadores y plazoletas, nueve mil 976 metros cuadrados; sus  vialidades y estacionamientos, 20 mil 250 metros cuadrados, y sus áreas verdes, 51 mil 395 metros cuadrados.

Así, se definió que el caudal total teórico que se originará en el predio será de 2.35 metros cúbicos por segundo. Por lo tanto, sumando esta cantidad con la que llega del exterior, la Villa Panamericana requiere infraestructura hidráulica para captar un caudal total de aporte instantáneo extraordinario de 4.12 metros cúbicos por segundo.

El primer elemento de la infraestructura hidráulica que se realizará con el fin de responder a esos 4.12 metros cúbicos es un canal de captación, conducción y descarga de 243 metros de longitud, con una “traza divagante” (que tiene curvas) con una capacidad de conducción de 6.8 metros cúbicos por segundo, por lo tanto, sobrada, “asegurando la protección de las instalaciones de la Villa Panamericana”.

“Este canal, además, se propone como un paseo lineal arbolado en ambosÊmárgenes que permita una extensión del bosque hacia el predio, brindando sombra y calidad ambiental a la zona de la columna vertebral de la vialidad del proyecto”.

El canal podrá conducir el agua hasta su conexión con otro canal que se encuentra a 66 metros al Oriente del predio de la Villa, el cual desemboca en un lago de recepción de 3.75 hectáreas que se encuentra en el predio del Centro JVC,  “contribuyendo al llenado del mismo para su infiltración secundaria en este punto”.

No obstante, y ya entrando a la parte de mayor interés en el aspecto ambiental, si con este canal se piensa más en la seguridad de la Villa –tendrá la capacidad de conducir toda el agua superficial del sitio–, también se integrarán otros elementos al sistema de infiltración, cuyo principal objetivo será mejorar la capacidad de captación de agua del predio.

Para que esto fuera posible, primero se hicieron cálculos para conocer el volumen de agua que representan los escurrimientos que llegan al predio de la Villa en todo un año, lo cual se determinó en 233 mil 843.16 metros cúbicos ó 233 millones 843 mil 160 litros de agua (casi 11.7 millones de garrafones). Luego de procesar otras variables, se definió que el área requerida para poder captar e infiltrar toda esa cantidad de líquido en el terreno es de mil 209.68 metros cuadrados.

Por ello, se implementarán 817 metros de una red de venas permeables distribuidas en las áreas verdes alrededor de los edificios y 20 pozos de absorción cilíndricos que, por consiguiente, y sumando a la superficie de estos elementos la del canal de captación que no estará recubierto de concreto, lograrán un área total de infiltración en el predio de dos mil 024.49 metros cuadrados, es decir, 67.36% más de la requerida teóricamente para captar el agua de lluvia al subsuelo.  

Y es así como se buscará cumplir con el objetivo de ofrecer las condiciones necesarias para promover la infiltración de la totalidad del agua que confluye en el predio del proyecto, por lo que el canal estaría funcionando “sólo descargando los caudales decantados del exceso de este sistema”, para derivarlos al lago del Centro JVC, donde también pueden infiltrarse.  

Incluso, al ser El Bajío una cuenca endorreica –el agua que llega a contener no tiene salidas como cauces, únicamente la infiltración y la evaporación–, la MIA parte de la primicia que tanto la Villa, como otros futuros desarrollos en El Bajío, “no deberán de incrementar el escurrimiento, deberán de generar escurrimiento cero”, tanto por el bien del acuífero, como de los habitantes, pues podrían generarse inundaciones de no contar con un buen sistema de infiltración y conducción.

Para saber

El desarrollo contará con redes de drenaje independientes de aguas negras y pluviales. Las primeras se reutilizarán en el riego de las áreas verdes luego de tratarse con lodos activos en una planta de tratamiento de 7.5 litros por segundo de capacidad –los habitantes consumirán 390 metros cúbicos por día de un pozo concesionado–; el agua pluvial, como se explicó, será infiltrada.

Numeralia

233 mil 843.16 metros cúbicos es el total anual de escurrimientos que se calculan en El Bajío.

1,209.68 metros cuadrados es el área requerida para captar e infiltrar el líquido.

2,024.49 metros cuadrados es el área de infiltración que contempla el proyecto de la Villa.

817 metros de red de venas permeables.

20 pozos de absorción.

243 metros de longitud medirá el canal de captación, conducción y descarga de agua.