Domingo, 05 de Mayo 2024
Jalisco | Misiva, por Guillermo Dellamary

Misiva

Hay que exigir que se hagan bien las cosas, desde el pésimo concepto de casitas tras casitas, hasta espacios sin condiciones para una vida sana

Por: EL INFORMADOR

A través de este medio nos hemos podido enterar del exceso de casas de interés social que se han dejado en el olvido, existiendo cada vez más casas sin habitar.

A simple vista parece un tema sin gran importancia, pero un poco de reflexión nos permite descubrir que estamos ante un problema de fondo con repercusiones significativas.

En primer lugar, resulta que los constructores hacen casas sin proporcionar los servicios adecuados para los futuros habitantes, principalmente el del transporte. Por lo que parece evidente que no se deberían otorgar permisos para construir cientos de casitas si no se asegura primero el transporte público o en su caso, la vialidad adecuada para que transiten miles de autos.

En segundo, es también un grave problema que la nueva vivienda no ofrezca una calidad de vida adecuada para una familia. Son casas diminutas apiñadas en unos cuantos metros, un estilo que no se merecen los compradores.

Lo que ha sucedido en Tlajomulco está ahora por suceder en la carretera a Colotlán, en donde desarrollos como Los Molinos, Albaterra o Ruba están saturando el tráfico de una diminuta carretera que ya no soporta más, y apenas, los inquilinos empiezan a llegar a sus nuevas casas.

Por supuesto que el transporte público no tiene la capacidad de transportar a toda la gente que durante todo el día intenta moverse a la ciudad y por la noche quiere regresar a descansar.

Además, todo se viene a complicar por las obras que se realizan en Avenida Juan Gil Preciado.

Urge que se tomen más medidas preventivas y obliguemos a los desarrolladores a que tomen responsabilidad en ir más allá de hacer casitas: se trata de crear desarrollos con conciencia y servicios.

De no hacerse lo necesario, muy pronto tendremos más casas abandonadas, y la idea de establecer programas de vivienda se quedará en poner lugares para habitar, pero con muy poca visión humana de la vida. Estamos orillando a que estos lugares se conviertan en focos problemáticos y no en soluciones.

Además, ¿qué concepto es ése de creer que una familia puede vivir bien en 90 ó 60 metros cuadrados? En unos años, si es que se llegan a habitar, esas casitas fácilmente se convertirán en hacinamientos humanos que se acercan más a lugares de marginación y miseria.

Hay que exigir que se hagan bien las cosas, desde el pésimo concepto de casitas tras casitas, hasta espacios sin condiciones para una vida sana.

Si en la ciudad obligamos a que los edificios tengan estacionamientos adecuados y suficientes, debemos de hacer lo propio en estos desarrollos. Sin transporte y vialidad, que de plano no se hagan. Estén donde estén.

El tema es muy amplio y da para muchas discusiones, pero de que algo tenemos que hacer, es inaplazable.

¿Dónde se encuentran los supuestos expertos en obras de este tipo y los conocedores de vialidad?

¿Será que no están cumpliendo con su tarea social y compromiso con la ciudadanía?

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